Año: 1950
Ejemplares: 8?
Dibujos: Pedro Alférez
Guión: Feralgo
Tamaño: 17 x 24 cm.
Páginas: 10 + portada
Precio: 1,20 pta.
En nuestro país la cota de fama de la Policía Montada del Canadá subió sensiblemente gracias a la figura de Gary Cooper, tan memorable e idolatrada en su momento por las gentes del cine que convertía en mito cualquier personaje que interpretaba; en este caso todo un cuerpo nacional de agentes. Esto sucedía en 1940, año de producción de la película del mismo título y de su estreno en España. Luego, la cinta tendría un rosario de reestrenos que no acabaría nunca, al menos durante esa década.
También contribuyó a esa mística, otra producción Usa, esta vez sin
mayor gloria actoral, denominada El Rey de la Policía Montada (1940), una cita
dividida en dos jornadas que logró un mayúsculo éxito, incluso en el universo
del cromo (FHER, 1946)
Con esos envidiables precedentes, Editorial Marco aborda la edición de
este serial justiciero con un Capitán al mando de la cabecera; un nuevo Capitán
–el cuarto de la editorial, concretamente, tras El Capitán Enigma (1946), El
Capitán Fantasma (c.1947) y El Capitán León (1948), que tiene como antagonistas
a los indios Pies Grises comandados por Ciervo Grande.
El encargo gráfico recayó en Pedro Alférez, personalísimo dibujante que
aquí, en la presente serie, llegó a implicarse de lo lindo prestando su imagen,
incluso su propio domicilio, a la causa promocional de la colección. Los
lectores eran invitados a través del dorso de los cuadernos a participar de un
jugoso concurso. Y quien cursaba la invitación era el propio dibujante, con una
llamada a colorear la viñeta encartada en cada cuaderno y enviarla a su propio
domicilio.
La cosa, parece, sólo dio para ocho entregas. Editorial Marco
anunció un noveno cuaderno cuya publicación no se ha podido confirmar y del que
aquí damos testimonio, al menos de la existencia previa a su publicación, reproduciendo el
original de la portada.
Cuaderno núm. 4