Editorial: Marco
Año: 1939?
Ejemplares: 1?
Dibujos: Varios
Guión: Varios
Tamaño: 21 x 16 cm.
Páginas: 16 + cubiertas
¿Semanario o tebeo? Quizás mitad y mitad. Tal vez estemos ante un producto híbrido, consecuencia del momento transitorio que
vivía el país y por consiguiente el sector de la historieta.
Su precio, 30 cts., así como el número de páginas,
16 más cubiertas, hacen pensar en un producto de finales de Guerra Civil.
Incluso su contenido, una especia de quiero y no puedo, condicionado por el
hacer histórico de Editorial Marco en el campo del semanario.
Es probable que se trate del primer cuaderno posbélico
y de orientación aventurera de la editorial, antes de que los Darnís y Canellas
Casals, entre otros, se pusieran manos a la obra con la homónima Cuentos
Ilustrados y Gran Colección de Aventuras Gráficas. Esta última, como saben,
regada de excelentes seriales: Vampiros del Aire, Los Navarros, Javier Montana,
etc.
El título elegido era toda una declaración de
intenciones de la editorial, acostumbrada como estaba a la zarabanda de sus
revistas de anteguerra, como si los semanarios no merecieran el calificativo de
ilustrados. Viendo la portada, uno puede pensar que Marco actuó con
cierta coherencia: lo de los semanarios era dibujo, y esto que aparecía aquí
era ilustración seria, realista. Aunque una vez dentro del cuaderno, la promesa
se convertía en timo. Tan sólo una doble página central validaba esa supuesta
orientación aventurera. El resto de las páginas era similar a cualquiera de los
semanarios habituales anteriormente editados por este sello. Dos páginas de
entre dieciséis no podían justificar una portada que prometía ver en acción a Los Cazadores de Fieras.
Cuadernos ilustrados fue tal vez una avanzadilla de
lo que estaba por venir, de todas esas maravillosas series de Marco que
tendrían su punto culminante hacia finales de los años cuarenta y principios de
los cincuenta: El Puma, El Caballero Negro, Castor el Invencible, Red Dixon,
etc.
Poco tiempo después de la publicación de este
cuaderno, la editorial dio paso a otra colección del mismo nombre anclada por
completo en la viñeta aventurera. O quizás pudo tratarse de una continuación de
la presente, reorientando formato y contenido. De ella hablaremos próximamente.
Cuaderno núm. 1