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jueves, 9 de febrero de 2012

EL CABALLERO NEGRO (Marco, 1945)










Editorial: Marco
Año: 1945
Ejemplares:  18
Dibujos:  Boixcar
Guión:  Boixcar
Tamaño:  17 x 24 cm.
Páginas:  10 + cubiertas 
Precio:  90 cts.





Creación de uno de los grandes nombres del tebeo español: Guillermo Sánchez Boix, Boixcar para los lectores.


Segundo de los personajes seriados de su carrera, y segundo también bajo el sello editor de Marco, empresa en la que se había iniciado en 1943 con un misterioso personaje llamado El Murciélago, aunque sus primeras apariciones en el medio tuvieron cobijo en la Editorial Ameller.

El Caballero Negro desarrolla su acción en 1675 y cuenta la historia de un amor prohibido entre Ricardo Grundewald (el protagonista) y la bella Isabel Redone, hija de un importante Lord que se opone a la relación de la pareja. Ya saben, destierros forzados, enmascaramientos, persecuciones, venganzas…, hasta que la justicia prevalece.

Plancha original del cuaderno núm. 15


A pesar del buen trabajo de Boixcar, de la excelencia trepidante del guión (también de Boixcar), la colección no tuvo el éxito esperado y Marco la cerró en el cuaderno núm. 18. Sin embargo, todo hacía suponer una segunda serie del personaje, a al menos eso es lo que se anunciaba en la viñeta final, como pueden observar en la página abajo reproducida. Pero lo que la editorial presentó a continuación no fue tanto un Caballero, sino un nuevo héroe, con disfraz de Puma en la cabeza, de lo más sorprendente. Luego llegaría el turno de Orlan, el Luchador Invencible, antes de que el autor se comprometiera con Toray, editorial a la que daría lo mejor de su cosecha. 


Cuaderno núm. 18 y último de la serie



Cuaderno núm. 18, página final

miércoles, 8 de febrero de 2012

EL CABALLERO DE LAS TRES CRUCES (Bruguera, 1947)




Editorial: Bruguera
Año: 1947
Ejemplares:  17
Dibujos:  Ángel Pardo
Guión:  Pedro Quesada
Tamaño:  17 x 24 cm.
Páginas:  10 + cubiertas
Precio:  1 pta.









"En el año 1187, cuando Saladino conquistó la ciudad santa, un grupo de valientes cristianos españoles, en vez de deponer las armas, formaron un clan llamada LA LEGIÓN DE LAS TRES CRUCES; de quien es Capitán el castellano Enrique de Casablanc, quien ahora guía a sus mesnaderos a Jerusalén para matar a Saladino"

Corría 1947 cuando Bruguera desplegaba toda su artillería en el segmento del cuadernillo de aventuras en busca del gran éxito que no llegaría hasta casi una decena de años después, véase El Capitán Trueno.

Ted el Pelirrojo, Ricardo Manteca y Jorgito Apuros, El Hombre de la Estrella, Brick Bradford y la presente, El Caballero de las tres Cruces, que curiosamente desarrollaba su trama en tiempos de Las Cruzadas, compartían mercado al unísono.

Además del asunto de Las Cruzadas, y de la españolidad del héroe, la colección contó asimismo con otra coincidencia respecto al Capitán Trueno, la de un joven dibujante, de nombre Ángel Pardo, que como todos los aficionados saben estuvo posteriormente ligado el personaje inaugurado por Ambrós.

Era la primera colaboración de Pardo con la editorial, que aquí descubría signos del poderío gráfico y gran personalidad que le acompañaría en sus próximos trabajos. Con todo, la serie no pudo avanzar más allá del cuaderno diecisiete, a pesar de sumar a la calidad de Pardo el buen hacer argumental de Pedro Quesada, uno de los mejores especialistas del tebeo español.  



Cuaderno núm. 2



                                                                    Página Interior cuaderno núm. 10

martes, 31 de enero de 2012

PECOS BILL (Hispano Americana, 1951)







Editorial: Hispano Americana
Año: 1951
Ejemplares:  72
Dibujos:    Lorenzo De Vita
Guión:  Guido Martina
Tamaño:  17 x 24 cm.
Páginas:  16 + cubiertas
Precio:  2 pta.




Leyenda del Far West americano que llegó al relato popular en 1917, de la mano de Edward O’Relliy, en la revista The Century Magazine.

Entre las fábulas que rodean al personaje cabe destacar la que hace referencia a su origen. Una noche de tormenta, en las inmediaciones del río Pecos, un bebé cae de un carromato sin que nadie se aperciba de ello. Gateando, el bebé llega a una cueva donde encuentra cobijo y comida en los pechos de un coyote. Será criado como una más de la manada.

Así se cuenta también en esta edición de Hispano Americana, una reimpresión, portadas incluidas, de la original publicada en Italia entre 1949 y 1955, obra del dibujante Pier Lorenzo De Vita y del guionista Guido Martina.

Y así rezaba la introducción dirigida al lector en el interior del primer cuaderno: “Tenemos la satisfacción de presentaros la novísima colección Álbum de Oro, con una de las aventuras más interesantes y bien realizadas en estos últimos tiempos: Pecos Bill. A pesar de las innumerables historietas del oeste que se publican, ninguna puede compararse con la de este personaje. Para dar una mayor veracidad y un ambiente apropiado se ha recurrido a los asesoramientos necesarios y a las consultas extraídas de las fuentes más directas. Los guionistas y dibujantes han trabajado en continuo contacto con personas del Oeste, algunas de ellas ancianas, que si no vivieron en aquella época azarosa, oyeron los relatos de labios de sus padres, antiguos pioneros o buscadores de oro”. Más adelante la editorial hace mención de los libros que han servido de consulta para construir los personajes y escenarios en los que se desarrolla la colección Pecos Bill.  


Cuaderno núm. 1






Interior de contraportada

viernes, 27 de enero de 2012

BUFFALO BILL (Alas, 1950)




Editorial: AlasAño: 1950
Ejemplares:  1?
Dibujos:  Salvador Méstres
Guión:  Salvador Méstres
Tamaño:  17 x 22,5 cm.
Páginas:  16 + cubiertas
Precio:  2 pts.




Intento de cabecera auspiciada por Editorial Alas en 1950, que al parecer no obtuvo mucho recorrido. Todo apunta a que no fue más allá del primer ejemplar.

El cuaderno se engloba dentro de la serie matriz bautizada por la editorial como Colección Infantil de Aventuras, donde asimismo aparecieron héroes de gran calado popular: Robin y El Zorro, personajes que, como aquí, contaron con la gráfica de Salvador Mestres, uno de los grandes nombres del tebeo autóctono y uno de los más productivos.

Alas, que en los años 30 y 40 había destacado por su posicionamiento en productos del ámbito cinematográficos –novelas, principalmente--, entró en el espacio de la viñeta de forma ligeramente tímida, sin perder parte de la esencia literaria mostrada años atrás, aunque en esta cabecera primó casi exclusivamente la viñeta. El personaje central, que por cierto era la enésima vez que visitaba las páginas del tebeo, se complementó con una historieta humorística de Sabatés desarrollada siete páginas.  








miércoles, 25 de enero de 2012

BOB, EL TEMERARIO (Bruguera, 1944)




Editorial: Bruguera
Año: 1944
Ejemplares:  2?
Dibujos:  Cifré
Guión:  Cifré
Tamaño:  16 x 22 cm.
Páginas:  8 + cubiertas
Precio:  30 cts.





Bob el Temerario es una de esas colecciones difíciles de catalogar. Desconocemos si fue una cabecera seriada o simplemente se trató de uno de esos cuadernos monográficos tan habituales en la mayor parte de las editoriales en los inicios de los años cuarenta. Sin numeración, sin referencias ni pistas en el dorso --sólo el logotipo de Bruguera--. La única certeza es que estuvo ahí, en los quioscos, como se puede comprobar por el cuaderno aquí reproducido. Otra posibilidad es que el personaje formara parte de la serie Cine Aventura, de similares características: época, precio, formato, número de páginas, etc. Pero los ejemplares de esta última colección llevan un marchamo o logotipo en portada que los distingue, salvo que en el caso que nos ocupa el distintivo hubiese pasado por alto. Son especulaciones, claro. 

Si observan su página interior, la historia se inicia cuando Bob “se despide una vez más de sus amigos anunciándoles su nuevo viaje al centro de África”, lo que daría a entender que las andanzas de este aventurero, de vocación fotográfica, contaban con algún cuaderno anterior.

Al final del presente ejemplar, los protagonistas, Bob y su acompañante Sambo, un negrito que se dirige al protagonista llamándole amito, se verán recompensados por la diosa fortuna: un enorme tesoro del que disfrutarán largos años en América, continente al que deciden retirarse a disfrutar de la buena vida. Es decir, un final de colección en toda regla.

Sin embargo, el mayor tesoro de Bob el Temerario se encuentra en su autoría gráfica: un jovenzuelo que firmaba como Cifré. Este inolvidable autor, incluido hoy entre los grandes nombres de la escuela Bruguera, sería tiempo más tarde el creador de varios e inolvidables personajes: El Reporter Tribulete y Don Furcio Buscabollos, entre otros.

Cuaderno núm. 2?






martes, 24 de enero de 2012

AVENTURAS Y MISTERIO, MONOGRÁFICOS (Hispano Americana, 1940)


Editorial: Hispano Americana
Año: 1940
Ejemplares:  2
Dibujos: 
Guión: 
Tamaño:  17 x 24 cm.
Páginas:  16 + cubiertas
Precio:  60 cts.



Colección englobada dentro de la avalancha editora llevada a cabo por Hispano Americana en su despertar posbélico al formato cuadernillo.
Además de los dos cuadernos incluidos en este apartado de monográficos (El Caballero de la Cruz Blanca y La Laguna de los tiburones), ambos de autoría foránea, Aventuras y Misterio contó en su composición global con series de gran trascendencia sectorial: Ciclón el Superhombre (Superman castellanizado), El Inspector Wade, y Jorge y Fernando.
Fue acompañada en los quioscos por otra de las grandes colecciones madre de la editorial, la Colección Audaz, cuyo principal referente fue Juan Centella

Cuaderno núm. 1



Cuaderno núm. 2


domingo, 22 de enero de 2012

BRICK, EL INDOMABLE (Toray, 1951)




Editorial: Toray
Año: 1951
Ejemplares:  8
Dibujos:  Clarence Grey
Guión:  Willian Ritt
Tamaño:  16 x 22 cm.
Páginas:  10 + cubiertas
Precio:  1 pta.





Brick, el Indomable constituyó la tercera incursión del cuadernillo español en el personaje de William Ritt (Guión) y Clarence Grey (dibujo), nacido en 1933 en las páginas de la prensa USA bajo el nombre de Brick Bradford. Esta vez de la mano de Toray.



Con anterioridad, tanto Hispano Americana (Carlos el Intrépido, 1942) como Bruguera (Brick Bradford, 1947), habían probado fortuna. Esta última sin demasiada suerte, pues sólo alcanzó a editar nueve cuadernos. Sorprende, pues, este nuevo intento editorial teniendo en cuenta estos antecedentes. Y pasó lo que la Toray no deseaba, a pesar de la artimaña editorial de rebautizar a Brick eliminado su apellido y colocándolo el apelativo de el indomable. Pero ni por esas: ocho ejemplares y fin de la aventura. Ni siquiera amortiguó el fracaso la calidad intrínseca del serial, dotado de un excelente guión, pleno de imaginación, en el que su protagonista viejaba en el tiempo gracias a un artilugio inventado por un profesor sabio de nombre Kala Kopak.


Las portadas constituyeron la única aportación autóctona y fueron diseñadas, supuestamente, por Pedro Alférez, salvo mejor opinión.


Cuaderno núm. 4



Página interior cuaderno núm. 4