Editorial: Toray
Año: 1945
Ejemplares: 135 + 1.215
Dibujos: Rosa Galcerán y otros
Guión: Varios
Tamaño: 16 x 22 cm
Páginas: 8 + cubiertas, en su mayoría
Precio: Varios
Fueron numerosas las cabeceras del tebeo autóctono basadas en el cuanto
popular o de hadas. De entre todas ellas, Azucena fue sin duda la más
popular y longeva de todas. Un fenómeno social que se extendió a lo largo
de 1.350 ejemplares entre la primera edición (1945) y la segunda (1948); o lo
que es lo mismo, veintiséis años en los quioscos. A principios de los años
cincuenta la cabecera llegó editar 600.000 ejemplares por número.
En un principio Toray definió la colección con la reseña “Cuento de
Hadas”, sin más. Pero esa carencia de logotipo o anagrama inicial duró tan sólo
unas cuantas entregas, dando paso de inmediato al famoso logotipo del hada
encerrada en un círculo con la leyenda Colección Azucena.
La evolución de Azucena fue más que notable: desde los primeros
relatos, algo candorosos, hasta las dulzonas y, por qué no de decirlo,
deliciosas narraciones protagonizadas por hadas, príncipes y princesas repletas
de hechizos y encantamientos. Luego llegaría el turno del relato romántico.
Incluso de las chicas ye-yé. Pero, para ese entonces, la cabecera ya había
perdido su aura inicial. O nosotros la candidez de aquellos primeros años.
Cuatro cuadernos de diferentes etapas
Entre el primero y el último hay 25 años de diferencia
La ilustradora Rosa Galcerán fue el alma máter, la persona que le puso
cara y ojos a la colección, hasta el punto de que hoy día es imposible disociar
esta cabecera de la fisonomía y personalidad gestual de sus personajes.
Avanzada la colección llegaron otras féminas, excelentes también: María Pascual
y Carme Barberá, entre otras. Pero el carácter gráfico de Azucena siempre
estará asociado a quien más y mejor hizo por ella. Y esa fue Rosa Galcerán.
Aunque conviene recordar otros destacados autores que participaron de los
primeros cuadernos: Antonio Ayné, principalmente y, en menor medida, Pedro
Alférez. Deliciosos también.
Cuaderno de la primera etapa creación de Pedro Alférez
El último ejemplar se publicó el 2 de julio de 1971, con un texto de la
dirección dirigido a las lectoras que finalizaba así: “Sólo nos resta desear
que si Azucena os ha dejado un buen sabor en vuestra juventud, que esto perdure
a lo largo de toda vuestra vida y os ayude en lo posible a alcanzar un día eso
llamado felicidad”. Premonitorio, al
menos para muchas lectoras que hoy siguen añorando al príncipe de sus sueños.
1350 cuadernos, más algunas reimpresiones, que las hubo, mas los
números extraordinarios y los almanaques, dan para contar y no parar. Pero aquí
no toca a entrar en más detalles. Lo que sí recomendamos es una visita a la
Web de Tebeosfera, donde hallarán un excelente y detallado análisis llevado a cabo por este impagable ciberespacio de
tebeos.
Cuaderno núm. 2, cuando Azucena aún no era referenciada como tal
Dibujos de Rosa Galcerán
Una estética fascinante y nada explorada; hasta minusvalorada por sistema, diría, cuando encierra en realidad las esencias más puras de lo fantástico... Una entrada brillante, en la que solo se echan de menos más portadas (y más grandes a poder ser, ya ve usted que los lectores somos caprichosos e insaciables...)
ResponderEliminarLo único que tienen de sospechosos los tebeos de Azucena es ser el reflejo de un tipo de franquistas de clase media baja provinciana que no se metían nunca en política y que eran bondadosos, como los finales de estos tebeos que siempre acaban bien y con todo arreglándose por la buena voluntad.
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