Editorial: Hispano Americana
Año: 1951
Ejemplares: 10
Dibujos: Ripoll, Pedro Alférez, Julio Ribera...
Guión: varios
Tamaño: 24 x 17 cm.
Páginas: 16 + cubiertas
Precio: 2 ptas.
EDITORIAL
La presente publicación
pretende hacer pasar un rato entretenido a sus lectores y que estos adquieran,
sin darse apenas cuenta, una serie de conocimientos que puedan serles muy
útiles en ciertas ocasiones. Contando con asesoría jurídica y asesoría técnica,
Detector pretende enseñar a odiar al delito y compadecer al delincuente,
demostrando que no hay crimen sin castigo y que a la corta o a la larga el que
obra mal acaba recibiendo su merecido en este mundo. Y hasta los que logran
escapar a la justicia humana, que suelen ser bien pocos, no podrán eludir la
justicia divina cuando después de su muerte tengan que rendir cuentas de sus
actos ante Dios.
La actividad productora de
Hispano Americana dejó pocos caminos sin explorar. Detector fue un claro
ejemplo de ese afán diferenciador y diversificador del sello que había
revolucionado el sector del cuadernillo de aventuras allá por 1940.
Una revista
gráfico-literaria, cimentada en el relato policial y detectivesco, que fue
subtitulada Aventuras y Documentos
Policíacos. De esa manera se eliminaba cualquier duda acerca del contenido
que el lector iba a encontrar en su interior, al menos en su carácter conceptual. Un conglomerado de páginas y
personajes que rezumaba género negro empapado de buenas dosis de misterio y
escalofrío y cuyos primeros espadas fueron varios de los grandes personajes de
las tiras del comic americano: Rip Kirby, Ferry Drake o Phillip Corrigan
(Agente Secreto X-9), aquí presentado como Felipe Corrigan.
A los personajes USA,
Detector sumó varias páginas o secciones con casos y protagonistas puestos en
viñetas por un ramillete de autores autóctonos: Ripoll G, Pedro Alférez o Julio
Ribera, impecables ellos en el trazo ensimismado de la cosa policial. La
revista también tuvo sus buenas raciones de texto dedicadas a relatos, ficheros
con problemas policiales y hasta asuntos criminales que el lector avispado
debía resolver. Uno de sus colaboradores fue el catalán Eugenio Danyans de la
Cinna, un famoso detective internacional especialista en ovnis, que fue
presentado como asesor de la cabecera. También sería transformado en un personaje
más de la revista, protagonizando varias aventuras de la mano de Ripoll.
Cuaderno núm. 9
Con
todo, lo más curioso y diferenciador de la cabecera, amén de su declaración de
intenciones –enseñar a odiar el delito y compadecer al delincuente-- fueron sus
portadas, compuestas en su mayoría por fotografías coloreadas y con títulos tan
llamativos como El extraño caso del cadáver de papel, El misterio de la lágrima
celeste o La mujer que sabía demasiado, entre otros. Un tratamiento fotográfico
novedoso y brillante pero que tal vez actuó de freno frente a su público
objetivo, que no podía imaginar el aluvión de viñetas que la revista contenía
en su interior. Quizás por eso las portadas volvieron a la fórmula tradicional,
la del dibujo, cuando la colección alcanzaba el número ocho. Pero, por lo
visto, ya era tarde.
UN FINAL SORPRENDENTE
El dorso del cuaderno núm. 9 publicaba una especie de aviso bajo el título "Una noticia sensacional", en el que se anunciaba la desaparición de la colección en el próximo cuaderno debido a que su principal colaborador --el sicólogo y detective Eugenio Danyans de la Cinna-- había sido requerido por el F. B. I... para tomar parte en ciertas investigaciones que sólo pueden realizarse por los procedimientos a que está acostumbrado nuestro héroe. Esto significa una suspensión momentánea de esta publicación, que no puede prescindir del asesoramiento técnico del citado detective. Pero Detector nunca más volvería a los quioscos.
Fue sin duda una de las cabeceras más curiosas y revolucionarias del tebeo autóctono, incluso a la hora de decir adiós.
UN FINAL SORPRENDENTE
El dorso del cuaderno núm. 9 publicaba una especie de aviso bajo el título "Una noticia sensacional", en el que se anunciaba la desaparición de la colección en el próximo cuaderno debido a que su principal colaborador --el sicólogo y detective Eugenio Danyans de la Cinna-- había sido requerido por el F. B. I... para tomar parte en ciertas investigaciones que sólo pueden realizarse por los procedimientos a que está acostumbrado nuestro héroe. Esto significa una suspensión momentánea de esta publicación, que no puede prescindir del asesoramiento técnico del citado detective. Pero Detector nunca más volvería a los quioscos.
Fue sin duda una de las cabeceras más curiosas y revolucionarias del tebeo autóctono, incluso a la hora de decir adiós.
Portada del cuaderno núm. 4, en la que aparece
el famoso detective Eugenio Danyans
¡¡El manuscrito de Frankenstein o el extraño caso del Hombre Lobo... por Danyans y Ripoll G., nada menos!! ¿Podrá conocerse algún día semejante perla oculta...?
ResponderEliminarCreo recordar que en algún rincón de caaa tengo algún Detector
EliminarCuando pueda usted cambie la "v" por una "b" en Julio Ribera.
ResponderEliminarLo digo por la navegación.
JCuadrado
Gracias, Jesús, por la observación. Y está rectificado. Es un placer verle por aquí.
ResponderEliminarMe gustó mucho esa revista. Las compré todas. El personaje Danyans (apellido muy catalán) era muy curioso. De él alguien me dijo en su momento que había sido empleado como mozo de la editorial de la misma revista.
ResponderEliminarGracias por la aportación! Saludos.
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