Editorial: J. L. Aguilar
Año: 1943
Ejemplares: 2?
Dibujos: Pertegás?
Guión:
Tamaño: 16,5 x 23 cm.
Páginas: 10 + cubiertas
Precio: 50 cts.
Esta editora valenciana
inició su andadura de forma ambiciosa, con el brío y la pasión de quien
pretende lucirse en la aplicación de sus objetivos. De ahí que la mayor parte de
sus cabeceras (Rostro de Cuero; Victor, Alicia y el Profesor Guillermo de Álava; Carlos
Ribera, etc.) presentasen un generoso formato, una buena calidad de impresión y
un soporte de rumboso gramaje. Pero, sobre todo, J. L. Aguilar sorprendió incorporando
un plus de color en las páginas interiores de la mayoría de sus cabeceras, un cromatismo
desconocido en el mercado hasta el momento. Claro que su precio también era de
campeonato para los tiempos que corrían, 1,50 ptas., algo que sin duda acabó pasando factura a esta desafortunada
editorial que cerraría sus puestas cuando apenas llevaba un año en activo.
En todo caso, ni el generoso
formato, ni el color interior, ni el precio mencionado tuvieron nada que ver
con los dos o tres cuadernos englobados en este apartado de monográficos. ¿Fueron
dos?, ¿tres?..., imposible pronosticar, al menos para quien esto escribe. El
catálogo de J. M. Delhom señala tres ejemplares con interrogante, aunque sin
mayor dato visual que lo confirme. Y Tebeosfera relaciona dos, y aquí si
podemos comprobar las correspondientes imágenes. En todo caso, ahí dejamos la
incógnita, a la espera de que alguien nos saque de dudas.
Los cuadernos fueron
titulados La Banda de los Ranas y Los dos Robinsones, dos aventuras de
aires folletinescos muy cercanas a las que proponía la colección que empezaba a
triunfar por esos años: Roberto Alcázar y Pedrín --de hecho, por ese tiempo,
uno de los cuadernos de esta colección de Valenciana, el núm. 43, fue titulado La Cuadrilla Rana Verde--. También las
portadas recordaban a la colección de Vañó, con ese tratamiento
multifragmentado que pueden observar en el cuaderno que reproducimos, que, por
cierto, tuvo como protagonista a Jack London, un Inspector de Scotland Yard que,
curiosamente, poseía el mismo nombre del afamado novelista de La Llamada de la Selva (1903)
En cuanto a la autoría de
los dos cuadernos, la impresión personal es que fueron realizados por Enrique
Pertegás, autor por ese tiempo de dos memorables colecciones de ambiente
selvático: Ultus, Rey de la Selva y Silac, el Hombre León. Como digo, no es
más que una deducción personal, por estilo, por características del trazo..., ya
que la única pista que figura en alguna viñeta interior es una lacónica P. Agradeceré
cualquier opinión al respecto.
Aprovecho también para agradecer
cualquier colaboración externa, cualquier aportación o reconvención que ayude o
genere debate sobre los objetivos del presente blog, que no son otros que los
de aportar un poco más de luz, si cabe, al sorprendente legado que generó la industria del
tebeo en esos años.
Que cuidada la caligrafía de los bocadillos.
ResponderEliminarInteresante entrada.
ResponderEliminarDesgraciadamente, nada puedo aportar sobre estos cuadernillos que no conocía en absoluto.
Un abrazo.
Jesús, estos cuadernos monográficos han sido también para mi un descubriendo reciente. Apasionante por otra parte, especialmente por la supuesta paternidad gráfica de Pertegás.
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