Editorial: Éxito
Año: 1947
Ejemplares: 2
Dibujos: Julio Ribera
Guión: Feralgo
Tamaño: 15 x 21 cm.
Páginas: 8 + 2 + cubiertas
Precio: 60 cts.
Año: 1947
Ejemplares: 2
Dibujos: Julio Ribera
Guión: Feralgo
Tamaño: 15 x 21 cm.
Páginas: 8 + 2 + cubiertas
Precio: 60 cts.
Cuaderno núm. 2
Cabecera perteneciente a Ediciones Éxito, sello impulsado
por el dibujante Pedro Alférez en 1946 que no hizo mucho honor a su nombre,
pues apenas pudo mantener el tipo un solo año. De las cinco las series
abordadas por esta editorial, Satán fue la única en la que no intervino la mano de Alférez, al menos
en el apartado gráfico.
Satán fue abordada gráficamente por un jovencísimo Julio Ribera, en su
primer asomo profesional al sector. Un proyecto enloquecido desde el mismo
instante de su presentación, recurriendo la editorial a la falsa autoría. Así,
guión y dibujo fueron atribuidos a Nik Moore y Kart Spencer, nombres de mayor
exotismo que los de Feralgo (Fernando Alférez, hermano de Pedro y cofundador de
la editorial) y Julio Ribera, que fueron los verdaderos autores.
Por ese tiempo la novela recurría con frecuencia al
seudónimo para atribuir paternidades. La fonética inglesa vendía más que la
nacional, de manera que fue una artimaña muy habitual durante varias décadas.
No era lo mismo firmar Miguel Oliveros que Keith Luger; o Francisco González
que Silver Kane. Pero no sucedió así con el tebeo, salvo escasísimos ejemplos
como el de la presente colección. Y mucho menos que los apócrifos autores
figuraran como presentadores de la cabecera, como pueden observar en la portada
del cuaderno núm. 1 aquí reproducido. Incluso desde el dorso del primer
cuaderno se insistía en ello: “Si eres aficionado al dibujo, sigue las
aventuras de Satán. Además del enorme interés que han puesto en ellas NICK
MOORE y KARL SPENCER, tendrás probabilidad de ver tus originales publicados”
Lo curioso e inexplicable fue el cambio de autor gráfico
que se produjo entre el primer y segundo cuaderno. Julio Ribera paso de
ocultarse bajo el nombre de Karl Spencer al de Jules Mc Side, sin que nada
justificara tal acción. Quizás no quedó contento con el primer seudónimo y
decidió pasar al segundo, un poquito más sugerente.
El desvarío guionístico también fue más que evidente,
condicionado quizás por el planteamiento promocional al que fue sometida la
trama. “Satán; nadie lo conoce. Y tú, lector, ¿sabes quien puede ser Satán?
De todos los personajes que intervienen en este cuaderno, uno de ellos es
Satán. Si has averiguado ya, después de la lectura de este cuaderno, quien
puede ser Satán de los personajes que intervienen, llena cuidadosamente el
boletín que aparece en esta página y remítelo a nuestra redacción”.
En todo caso, no creo que fuesen muchos los lectores
acertantes de los interrogantes de una trama que empezaba con la fuga de un
preso haciéndose pasar por el cadáver de su compañero de celda. Que seguía con
un malvado profesor tratando de apoderarse de una mansión propiedad de una
señorita que al parecer encerraba un tesoro. Y que continuaba con la
contratación de un jardinero por parte de esta ultima que resultará ser un
repartidor de mamporros de lo más salvaje en defensa de los intereses de su
patrona. No, no era fácil adivinar cuestiones como las planteadas en el cupón
respuesta: ¿Quién es Satán? ¿Causas por las que crees que es Satán?... y alguna otra aún más compleja para
lectores de corta edad.
Los dos cuadernos constituyen hoy una
muestra de gran valor documental, un referente imprescindible para la
catalogación de obra de uno de los grandes creadores del tebeo español y la bande
dessinée francesa, país
este último al Julio Ribera entregó sus mejores años.
Además de las ocho páginas de cada cuaderno, Ribera también
fue el responsable –aquí si firmó con su nombre real-- de los interiores de
portada y contraportada, con varias tiras en clave humorista (primer ejemplar)
y una aventura bélica inspirada en el ataque nipón a Pearl Harbor (segundo
ejemplar)
Fueron anunciados dos cuadernos más, titulados Con Satán no se juega y Satán en Chicago, pero no hay constancia de que vieran la luz.
Cuaderno núm. 1
Página interior cuaderno núm. 1
¡Qué curiosidad! Me parece un milagro el rescate de este brevísimo "Satán", y hasta el texto sabe a prodigio. Lo que han dado de si dos tebeos...
ResponderEliminarGracias, como siempre, Paco.
Paco rescata la historias de pequeñas joyas que nos regala gracias al buen hacer de de su pluma.
ResponderEliminarVicente, me alegra mucho verte por aquí, en este lugar donde el tebeo es culto. Muchas gracias por tu comentario y recibe un fuerte abrazo
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