Editorial: Ameller
Año: 1950
Ejemplares: 12
Dibujos: Maymir
Guión: Maymir
Tamaño: 16 x 21 cm.
Páginas: 11 + Cubierta
Precio: 1,25 pta.
Ejemplares: 12
Dibujos: Maymir
Guión: Maymir
Tamaño: 16 x 21 cm.
Páginas: 11 + Cubierta
Precio: 1,25 pta.
Destacado personaje del
bandolerismo andaluz (1805-1833) cuya leyenda se extendió por infinidad de
relatos en diferentes soportes: novela, folletín, cine…, incluso tebeo, como sucedió
con la colección que hoy traemos aquí.
Con anterioridad a esta edición
de Ameller, el personaje se había mostrado ya en el universo de la viñeta al
menos en un par de ocasiones. La primera hacia 1920, dentro de la Colección Gráfica de Aventuras y Viajes,
de la Editorial Mercurio y con dibujos de Urda. Y la segunda, hacia 1930, en la
hiperactiva Gato Negro, que por ese tiempo producía folletines sin descanso y algún que otro tebeo como fue el caso de esta segunda edición del personaje que referimos. Un tebeo en
toda regla con el bandido de Sierra Morena de protagonista y con dibujos de
Donaz.
Portada del cuaderno Nº. 2
(Gato Negro, c. 1930)
La edición de Ameller formó parte
de un dúo de colecciones amparadas por el marchamo Colección
Hombres de Bronce o Gentes de Bronce, en una alternancia caprichosa para la que no hemos encontrado explicación
alguna. Esta mutación afectó a José
María el Tempranillo y no a Diego
Corrientes --la otra cabecera-- que sólo utilizó el apelativo Gentes de Bronce. Las dos colecciones
tuvieron un mismo dibujante (Maymir), un mismo formato, precio y casi un mismo número de ejemplares: doce la primera y trece la segunda.
La historia, basada en la leyenda
más extendida del personaje, se inicia con el asesinato de su padre a manos del
Mayorazgo de Montilla. José María, que sólo tiene dieciocho años, no tardará en
dar muerte al asesino, motivo por el tendrá que echarse al monte en compañía de
otros bandoleros. Una bella mujer, ante la precocidad delictiva de José María,
le apodará “el tempranillo”.
El texto introductorio dejaba
claro que José María el Tempranillo
no era un héroe más del tebeo, sino un fuera de la ley: no era cosa de
importunar a la censura: “Esta es la
historia de uno de los célebres bandidos, famoso por allá el año 1818. Tómese como ejemplo que
todo aquel que sigue el mal paga sus maldades ¡No hay crimen sin castigo!”
Maymir había irrumpido en Ameller
desde la obscuridad. Nada se sabía de él, salvo alguna colaboración en las colecciones de hadas Princesa y Princesita --también de Ameller--, así como en la revista
Bufalo (De Haro, 1950) donde el autor dejó su huella en un serial de Ivanhoe en clave realista. Y nada se sabría de él una
vez finalizada su colaboración en estas dos colecciones dedicadas al
bandolerismo andaluz y en una tercera --producida un año después-- titulada Peter Kid (1951) dentro del genero
western. Su dibujo fue aseado, aunque
simplista desde todo punto de vista. Quizá su trabajo más vistoso correspondiera
al mencionado serial Ivanhoe. Ese fue
todo su bagaje en el tebeo español, que nosotros sepamos.
Portada y página interior del cuaderno núm. 1
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