Editorial: Marco
Año: 1940
Ejemplares: 20?
Dibujos: Darnís, Boix...
Guión: Canellas Casals y otros
Tamaño: 13 x 18 cm.
Páginas: 8 + cubiertas
Precio: 10, 15 y 30 cts.
Un año después de la supuesta primera intentona de
Marco en el terreno del cuadernillo (ver entrada anterior) se producía esta
nueva iniciativa editorial. Y lo hacía con idéntico título de cabecera: Cuentos Ilustrados, pero en formato y
estructura completamente inversa. Apaisados, en vez de verticales; menor tamaño
y precio y compuestos por viñetas en su totalidad. Con aventura de la buena, en
la que no faltó alguna que otra truculencia, herencia de la militancia
folletinesca de la editorial.
Fue sin duda la primera cabecera perdurable de Marco
en su amanecer posbélico, aunque seguida muy de cerca por la emblemática
multiserie Gran Colección de Aventuras Gráficas, bautizada en un principio
Colección Gráfica de Biblioteca La Risa.
Al igual que otras editoriales de la época, Marco
trató de segmentar sus productos pensando en las posibilidades económicas de
unos y otros, buscando un abanico de formatos que se ajustara a todos los
públicos. O, mejor dicho, a todos los bolsillos.
Las raíces de Marco habían sido humildes, llevaba
tiempo compitiendo con El Gato Negro (luego transformada en Bruguera) en todos
los terrenos: novela, folletín y semanario. Eso había hecho madurar su política
de ediciones, escarbar en buscar de un nicho de mercado que finalmente encontró
entre los lectores de menor edad. De ahí que muchas de sus publicaciones
anteriores a la Guerra Civil semejaran un zoológico, dada la cantidad de
animalitos circulando por su páginas.
Quizás por eso la editora inició su nueva andadura
con estos reducidos cuadernos (18 x 13 cm.) que facturó al precio de 10 cts.,
en un principio. Era una manera de atraer a nuevos lectores su regazo, a su
parcela editora. Otros sellos manufacturaban cuadernos de 50 y 60 cts.,
producidos en mayor tamaño y número de páginas. Una parcela que tampoco Marco
iba a descuidar, con la mencionada Gran Colección de Aventuras Gráficas.
Cuaderno núm. 1. Autor desconocido
Cuentos Ilustrados constituyó un soplo de aire fresco. Era
el folletín llevado al dibujo de principio a fin. De ahí que instalara la mayor
parte de sus narraciones en el universo de lo fantástico, de los mundos
inexplorados, incluso de la Ciencia Ficción. Pero también en el cuento de
hadas, como sucedió con el cuaderno inicial (La Princesa Lindagull) y alguno
que otro más. Pero en general fueron tebeos (la editora aún los llamaba
cuantos, a pesar del espanto que algunos mostraron) instalados en la de acción
y el misterio, en los mundos de fantasía, la mayor parte de ellos de las manos
maestras del multiusos Ayné y del siempre exquisito Darnís.
La colección tuvo al menos dos reimpresiones. Una
inmediatamente después de su aparición y otra tres o cuatro años más
tarde, al precio de 15 y 30 cts. respectivamente. No es fácil descifrar la
cantidad de cuadernos aparecidos, pero pudo rondar los veinte ejemplares.
Cuaderno núm. 7. Portada de Darnís
Arriba: Cuaderno núm. 13 (El Rubí Trágico) con dibujos de Ayné
Arriba: Cuaderno núm. 13 (El Rubí Trágico) con dibujos de Ayné
Excelente artículo. Gracias por ofrecernos esta maravillosa información y estas estupendas imágenes de los autores que tanto admiramos.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Gracias, Jesús, es un placer recibir comentarios como el tuyo. No sabes cuanto me animan a continuar con esta tarea. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Andrés, agradezco de veras tu reconocimiento, mil gracias. También te pido disculpas, no se que he tocado pero he borrado tu comentario. Saludos. Paco Baena
ResponderEliminarUna información estupenda, valiosa para mí y que bien me hubise gustado tener a la hora de redactar "Tragados por el abismo". Con lo mucho que me costó investigar esta etapa oprimerísima de nuestros cuadernos de aventuras...
ResponderEliminar"Tragados por el Abismo" es lo mejor que se ha publicado sobre el tebeo autóctono de aventuras, con o sin esta modesta información. Saludos
ResponderEliminarAunque estos tebeos eran obras de aficionados, eran importantes para sus autores y para sus lectores porque los evadían de la España de la autarquía y los sueldos de miseria, les hacían soñar y viajar. Muchas gracias por su blog, es muy bueno y muy interesante para recordar esos días.
ResponderEliminarMe alegra que le guste mi blog, Sr. Anónimo, muchas gracias por sus comentarios. Espero sentirle por aquí de nuevo. Saludos
ResponderEliminarHola Paco. El tebeo del rubí trágico está dibujado por Emili Boix y no por Ayné. La princesa Lindagull es de Darnís. Saludos.
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