Editorial: Marco
Año: 1947
Ejemplares: 1?
Dibujos: Boix
Guión: Basado en leyenda
Tamaño: 17 x 24 cm.
Páginas: 16 + cubiertas
Precio: 1,50 pts.
Durante muchos años Emilio Boix fue el gran bastión de Marco, el autor todoterreno donde se sustentaron gran parte de los éxitos de esta histórica editorial. Todo lo hacia bien: humor, hadas, aventura… Fue el comodín de la casa, un autor polivalente como pocos en la historia del tebeo autóctono.
Y Marco era una
editorial que parecía estar hecha a su medida. O quizás fue al revés. No es
fácil delimitar quién formó a quién. El caso es que constituyeron una pareja perfecta
hasta bien entrados los años cincuenta. Una unión como ninguna otra, salvo la
que, forzosamente, estableció Gago con Valenciana.
Genoveva de
Brabante fue una de esas colaboraciones atípicas, pues no se
enmarcaba dentro del espacio habitual de autor, que era el humor, como todos
saben (para quien no lo sepa, ahí van tres referencias: Hipo, Monito y Fifi; Cartapacio
y Seguidilla y Pirulo y Tontolote). Tampoco era un
cuento de hadas o una narración romántica. Ni siquiera una aventura como las
que Boix había aportado a principios de los años cuarenta en el despertar de
Marco al cuadernillo. Cierta truculencia sí poseía, como pueden observar en la
portada. Pero poco tuvo que ver con una colección típicamente aventurera, como
había sido por ejemplo El Capitán Enigma uno o dos años
antes. Aunque bien mirado, el enmascarado espada en mano de la portada tampoco
difería mucho de la iconografía portadista de la esta última colección.
Genoveva de
Brabante estuvo basada en la célebre leyenda medieval. Quizás Marco
pretendía con ello inaugurar una nueva serie situada en la fábula universal, en
asuntos de historia y leyenda. O quizás fue sólo un monográfico, sin mayor
objetivo continuista.
La falta de una
cabecera fija, de un nombre genérico, invita a pensar más en lo segundo. Tal
vez la editorial trataba de aprovechar el reciente estreno en nuestro país de
la película del mismo título: una producción italiana de 1947, dirigida por
Primo Zeglio, que narraba las desventuras de Genoveva, esposa del Conde Sigfrido, acusada de
adulterio y obligada a vivir en una cueva con su hijo recién nacido.
Mucho me gustaría conocer lapelícula de Primo Zeglio, que no sé si vi alguna vez en una de aquellas "Sesión de tarde" de los sábados de los sesenta; en otro orden de cosas, señalar que el gran Boix -uno de mis autores de humor predilectos- ya había incurrido en el dibujo realista, ilustyrando numerosas portadas de folletines en la pre guerra para Gato Negro, siempre con ese estilo que nunca parece renunciar a un aire de broma por dramático que se pretenda...
ResponderEliminarEstos tebeos, que ahora son cómic, que pena que se perdieron
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