Editorial: Marco
Año: 1947
Ejemplares: 14
Dibujos: Boixcar
Guión: Boixcar
Tamaño: 15 x 21 cm.
Páginas: 8 y 7 + Cubierta
Precio: 60 cts.
Ejemplares: 14
Dibujos: Boixcar
Guión: Boixcar
Tamaño: 15 x 21 cm.
Páginas: 8 y 7 + Cubierta
Precio: 60 cts.
“Hace ya varios siglos los romanos hicieron una guerra feroz a los vikingos. Estos, peor armados, se defendían no obstante como leones. Orlán fue el más valiente y feroz de sus guerreros”
La colección se inicia
cuando Orlan divisa a galeras romanas invadiendo las aguas del lugar en que vive.
Deduce que vienen en son de guerra y después de dar aviso al poblado vikingo se
prepara para la guerra y empuñando una espada y un escudo exclama: “Es el primer combate de mi vida, no
quisiera que mi brazo cediera”. Toda una declaración de intenciones que
presagiaba el futuro e invencible luchador en que el protagonista devendría a
través de múltiples batallas con los romanos de antagonistas.
Orlan, el Luchador Invencible fue la última de las colaboraciones de Boixcar con la editorial Marco, el final de una etapa que se había iniciado con El Murciélago (1943) y que había
seguido con El Caballero Negro
(1945) y El Puma (1946) Un periodo fértil para el dibujante que, no obstante, viviría su mayor apogeo artístico en
el sello Toray, editora para la que trabajaría a continuación.
Orlan
mostraba un Boixcar de excelentes hechuras gráficas, aunque tal vez a medio
camino aun de la excelencia gráfica. Un dibujo de cierta madurez y dinamismo,
pero lejano del trazo estilizado y gallardo tan característico de la obra que
más tarde engendraría en Toray.
La colección quedó interrumpida
en el cuaderno núm. 14, cuando Orlán, prisionero de los soldados de Emperador
Nerón, recibe la noticia de que sus amigos Otón, Brutus y Octavía, también
prisioneros, van a ser llevados al circo de los leones. Un cierre de colección
que dejó a los lectores colgados de una historia que prometía un desenlace
apasionante que no pudo ser.
Las características de
la cabecera –formato, precio, número de páginas-- remiten su producción a un
periodo anterior al fijado por catálogos y coleccionistas (1947). También la
grafía de Boixcar perece corroborar esta observación. Las dos creaciones supuestamente
anteriores (El Caballero Negro y El Puma) denotan trazos de mayor
madurez, aunque sólo sea en pequeños detalles.
Si parece claro que fue la última de las tres en publicarse, pero eso no justifica del todo
que fuese la última en ser dibujada. No es más que una apreciación personal.
Hacia el cuaderno
número 13, las ocho páginas habituales del interior se redujeron a siete,
incluyendo la contraportada, que pasó a ser una página más del cuaderno.
Coincido contigo Paco en que la producción debe ser anterior así como que algo extraño debió ocurrir para no finalizar la colección. Es más, si apreciamos la calidad del grafismo de la última página comparándola con otras páginas de la colección, observamos como esta es ínfima y se observa una gran premura en la finalización de la misma.
ResponderEliminarRamón