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sábado, 20 de enero de 2018

BALA CERTERA (Bruguera, 1942)



Editorial:  Bruguera
Año:   1942
Ejemplares:  8
Dibujos:   Sabatés
Guion R. Roca
Tamaño:   17 x 24 cm.
Páginas:   10 + cubierta
Precio:   60 cts.




1942. Hacía dos años que Bruguera remendaba los jirones de una guerra que había trastocado toda su anterior andadura bajo el nombre de El Gato Negro. Algunas recopilaciones de cuadernos de material pretérito y algún que otro álbum de cromos eran hasta el momento sus flamantes logros en esta nueva etapa iniciada en 1940. La batalla comercial empezaba a visualizarse en el sector con el cuaderno de aventuras como artículo esencial.

El estreno de Bruguera en este segmento llegó con un claro guiño al nuevo régimen. Al Intrépido Aventurero Español (véase Roberto Alcázar y Pedrín); o lo que es lo mismo, a Valenciana, le estaban yendo muy bien las cosas, una situación de mercado que no pasó desapercibida para la antigua Gato Negro. De ahí que en su estreno al cuadernillo apostara por un héroe de connotaciones patrióticas al que bautizó con el nombre de Bala Certera y definió como El Intrépido Explorador Español. La cabecera mostraba una estructura algo arcaica, en la que los bocadillos se alternaban con grandes bloques de texto al pie de cada viñeta, como si la nueva Bruguera le costara desprenderse de su pasado.  

Los intrépidos aventureros empezaban a mostrarse como un elemento esencial en esos primeros años del tebeo. Un prototipo de héroe tomado de la novela clásica de aventuras y al que el folletín había recurrido con fruición durante varias décadas. Héroes enfrascados en mil causas justicieras por todo el planeta, sobrados de arrojo y bondad. ¿Bala Certera fue uno más? Sí y no. Nos explicamos.

Sí, porque ciertamente sus constantes respondían a todo lo expuesto anteriormente: justiciero, valiente, exótico viajero, etc. Y no, porque no fue tanto un vengador o repartidor de bondades al uso. Su vocación real era la de escritor --estamos pues ante el primer héroe intelectual del tebeo español de posguerra--. Pero para escribir necesitaba de historias atrayentes, de ahí que este héroe novelista decidiera explorar medio mundo, vivir en carne propia todo tipo de avatares y trasladarlos luego a sus novelas. Así que lo mismo se aventuraba en una expedición histórico-científica al Perú más exótico, que se internaba en las entrañas de la selva amazónica en busca de una divinidad milenaria, que interpretaba a lo Tom Mix una película en Tejas como actor principal, o participaba de un combate de lucha libre.   

Abel Canes, nombre real del protagonista, acabará amasando una inmensa fortuna gracias a su habilidad con los puños y las pistolas. Pero, sobre todo, con la pluma. Por cierto, fue uno de los pocos personajes del tebeo clásico en pasar por la vicaría y disfrutar de su luna de miel junto a su mujer, Carolina.

Sorprendente la elección editorial del autor gráfico, Sabatés, que hasta ese momento no había ejercitado apenas el trazo realista. Y más si tenemos en cuenta que por entonces --quizá sólo unos meses después--, Bruguera reunía a varios de los mejores dibujantes del panorama nacional en la colección Aventuras y viajes, con Darnís e Iranzo como grandes referentes. Por no hablar de los habituales de anteguerra, entre los que destacó poderosamente Salvador Mestres. No, Sabatés no fue la mejor elección posible para una colección instalada en la aventura y en la acción constante, aunque hay que reconocer el excelente nivel de las portadas.  



Portada e interior del cuaderno núm. 6

3 comentarios:

  1. Fabuloso evocar tebeos tan olvidados como este. El nombre, si no me equivoco, lo toma Bruguera de un folletín de Gato Negro con el mismo título, pero que nada tenía que ver con el tebeo.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Algo de razón tienes, Pedro, acabo de dar con un folletín de Gato Negro titulado Rifle Certero. Fue publicado en 1932.

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