Buscar este blog

domingo, 22 de julio de 2012

CICLÓN EL SUPERHOMBRE (Hispano Americana, 1940)











Editorial: Hispano Americana
Año: 1940
Ejemplares:  10
Dibujos:  Joe Shuster
Guión:  Jerry Siegel
Tamaño:  17 x 24 y 21 x 32 cm.
Páginas:  16 + cubiertas
Precio:  60 cts. 1 y 1,25 pta.







Una de las primeras series de cuadernos tras la Guerra Civil. Hispano Americana la incluyó en un principio dentro de la multiserie Aventuras y Misterio (los diez primeros números). A partir del doce pasó a formar parte de la Colección Audaz, la otra gran multiserie de la editorial que publicaba los ejemplares de mayor formato, lo que obligó a modificar su tamaño inicial y también su precio.
Fue asimismo el primer superhéroe en estrenar los quioscos españoles, ya que Ciclón el Superhombre era en realidad una castellanización de Superman, el personaje creado por Jerry Siegel y Joe Schuster, aparecido por primera vez en junio de 1938 en la revista Actión Comics. El periodista Clark Kent fue bautizado aquí como Carlos Sanz, también periodista. 
La andadura de la colección no logró ir más allá de dieciséis ejemplares; algo sorprendente si se compara con el éxito que en ese mismo período tuvo el mamporrero Juan Centella. Joe Schuster no era precisamente Foster o Raymond –dos de los dibujantes habituales en esas primeras series de Hispano Americana--, pero sus dibujos eran muy superiores a los del tosco Carlo Cossio. Y tampoco parece que los superpoderes del personaje surtieran gran efecto entre unos lectores que acababan de sufrir los estragos de una guerra y que quizás no estaban para mucha ciencia ficción. 
Contrariamente al escaso éxito aparente, la serie contó con alguna reimpresión posterior; quizás hacia finales de los años cincuenta, al precio de 1,25 ejemplar (0,60 en origen), aunque no hemos podido confirmar esta reaparición en su totalidad. 
Cuaderno núm. 4 de la edición de 1,25

Primera página interior del cuaderno núm. 4

viernes, 13 de julio de 2012

CHUDA, TAQUITO Y CHURRETE (Rialto, 1944)










Editorial: Rialto
Año: 1944
Ejemplares:  14?
Dibujos:  Gros
Guión:  Gros
Tamaño:  17 x 24 cm.
Precio:  1,25 pts.
Páginas:  16 + cubiertas






“Los héroes de las tremendas aventuras de la radio” Así fue presentada esta colección en el dorso del primer cuaderno y en la mayor parte de los que siguieron a continuación, cifrados en un mínimo de catorce. Este primer anverso también se refería a Chuda, Taquito y Churrete como “Los muñecos de Gros (su creador, también en el tebeo) más populares de España, se encuentran a la venta en los principales bazares. Si no los encontráis en el lugar de vuestra residencia, pedirlos a la Administración de Ediciones Rialto, quien libre de todo gasto os lo enviará seguidamente contra reembolso de su importe. Ptas. 19,50 cada muñeco”.
Cuaderno núm. 12

Así, pues, parece claro que cuando Rialto decidió apostar por este trío protagonista (chica, chico, perro) la popularidad de Chuda, Taquito y Churrete era más que evidente en todo el país, algo que también sucedería con otra de las cabeceras emblemáticas de la editorial titulada Ginesito, conocida también como Satanás, personaje de procedencia cinematográfica y del que hablaremos próximamente.


Gros, dibujante de la llamada escuela madrileña, que había debutado en Flechas y Pelayos en 1940, fue el encargado de desarrollar guión y dibujos; dibujos sensiblemente inexpertos, poco elaborados, que fueron ganando en calidad y personalidad conforme avanzaba la colección.  

Las portadas, excelentes como la mayoría de las que aparecieron bajo este sello, tienen toda la pinta de haber salido de la factoría tebeística dirigida en ese tiempo por Alfredo López Rubio, algo por otra parte habitual en las cabeceras de Rialto.
“Taquito era un muñeco muy aficionado a los viajes y siempre que podía se dedicaba a leer grandes libros de aventuras. Un día llamó a su amiga Chuda y a la mañana siguiente, cuando nadie los veía, en unión de su perro Churrete, se hicieron a la mar dispuestos a conocer otras tierras”. Pues eso, a la rica aventura, en la que el ingenio, la fantasía y los referentes a grandes relatos e iconos de la cultura popular no faltaron.  


Portada del cuaderno núm. 1



Página interior del cuaderno núm. 1

viernes, 6 de julio de 2012

AGUILAR, MONOGRÁFICOS (J. L. Aguilar, 1943)











Editorial: J. L. Aguilar
Año: 1943
Ejemplares:  2?
Dibujos:  Pertegás?
Guión: 
Tamaño:  16,5 x 23 cm.
Páginas:  10 + cubiertas
Precio:  50 cts.





J. L. Aguilar fue uno de esos sellos aparecidos como consecuencia de la singular eclosión posbélica del cuaderno aventurero, un rara avis del mundo de la edición que vista desde la distancia que dan los años hacía presagiar un futuro ilusionante. No tanto por la calidad de sus creaciones,  a todas luces cándidas y en cierta manera desmañadas, sino por el aura de honestidad que hoy desprenden, por ese genuino sabor a tebeo clásico y vetusto de esos primeros años.
Esta editora valenciana inició su andadura de forma ambiciosa, con el brío y la pasión de quien pretende lucirse en la aplicación de sus objetivos. De ahí que la mayor parte de sus cabeceras (Rostro de Cuero; Victor, Alicia y el Profesor Guillermo de Álava; Carlos Ribera, etc.) presentasen un generoso formato, una buena calidad de impresión y un soporte de rumboso gramaje. Pero, sobre todo, J. L. Aguilar sorprendió incorporando un plus de color en las páginas interiores de la mayoría de sus cabeceras, un cromatismo desconocido en el mercado hasta el momento. Claro que su precio también era de campeonato para los tiempos que corrían, 1,50 ptas., algo que sin duda  acabó pasando factura a esta desafortunada editorial que cerraría sus puestas cuando apenas llevaba un año en activo.  
En todo caso, ni el generoso formato, ni el color interior, ni el precio mencionado tuvieron nada que ver con los dos o tres cuadernos englobados en este apartado de monográficos. ¿Fueron dos?, ¿tres?..., imposible pronosticar, al menos para quien esto escribe. El catálogo de J. M. Delhom señala tres ejemplares con interrogante, aunque sin mayor dato visual que lo confirme. Y Tebeosfera relaciona dos, y aquí si podemos comprobar las correspondientes imágenes. En todo caso, ahí dejamos la incógnita, a la espera de que alguien nos saque de dudas.
Los cuadernos fueron titulados La Banda de los Ranas y Los dos Robinsones, dos aventuras de aires folletinescos muy cercanas a las que proponía la colección que empezaba a triunfar por esos años: Roberto Alcázar y Pedrín --de hecho, por ese tiempo, uno de los cuadernos de esta colección de Valenciana, el núm. 43, fue titulado La Cuadrilla Rana Verde--. También las portadas recordaban a la colección de Vañó, con ese tratamiento multifragmentado que pueden observar en el cuaderno que reproducimos, que, por cierto, tuvo como protagonista a Jack London, un Inspector de Scotland Yard que, curiosamente, poseía el mismo nombre del afamado novelista de La Llamada de la Selva (1903) 
En cuanto a la autoría de los dos cuadernos, la impresión personal es que fueron realizados por Enrique Pertegás, autor por ese tiempo de dos memorables colecciones de ambiente selvático: Ultus, Rey de la Selva y Silac, el Hombre León. Como digo, no es más que una deducción personal, por estilo, por características del trazo..., ya que la única pista que figura en alguna viñeta interior es una lacónica P. Agradeceré cualquier opinión al respecto.
Aprovecho también para agradecer cualquier colaboración externa, cualquier aportación o reconvención que ayude o genere debate sobre los objetivos del presente blog, que no son otros que los de aportar un poco más de luz, si cabe, al sorprendente legado que generó la industria del tebeo en esos años.    




Primera página interior del cuaderno La Banda de los Ranas.
Dibujos de Pertegás, presumiblemente.


viernes, 29 de junio de 2012

CARTAPACIO Y SEGUIDILLA (Marco, 1943)










Editorial: Marco
Año: 1943
Ejemplares:  108
Dibujos:  Boix
Guión:  Boix
Tamaño:  16 x 22 cm
Páginas:  8 + cubierta
Precio:  50, 30 y 35 cts.





A mi querido amigo de juergas tebeísticas Antonio Bonastre, 
quien venera y conoce como nadie estas series infantiles 
de la factoría Marco.


El cine español no se prodigó como el francés en la comedia bufa; o como el norteamericano en el slatic, ese tipo de cine hilarante en el que las zarabandas, atropellos y los gags desquiciantes transcurrían sin cesar. Pero sí tuvo en el tebeo su equivalente gracias a editoriales como Marco y a creadores como Emilio Boix, uno de los grandes referentes del tebeo humorístico de posguerra con series como la presente, entre otras.

El autor por ese tiempo alternaba Cartapacio y Seguidilla (Colección Pipa) con varias cabeceras de parecidas características formales: Hipo, Monito y Fifi (Biblioteca Especial para Niños); Pirulo y Tontolote (Acrobática Infantil); Pingo, Tongo y Pilongo, etc. Todas ellas bajo el sello de Marco, editorial a la que dedicaría sus mejores creaciones, antes y después de la guerra. 
La pareja de detectives representada por Cartapacio y Seguidilla, una especie de émulos de Sherlock Holmes y Watson en clave caricaturesca, constituyó un éxito de los grandes. No al nivel del animalandia de Hipo, Monito y Fifi, que perduró en el tiempo más de doce años, pero tanto como para extenderse a lo largo de 108 ejemplares. Cifra ciertamente formidable para un tebeo infantil de reiterada fórmula, en la que los dos sabuesos protagonistas ponían a caldo a bandidos y gentes de mal vivir, aplicándoles todo tipo de triquiñuelas y humillaciones en su captura. Guiones de lo más divertido con buenas dosis de surrealismo. Sirva como ejemplo el correspondiente al cuaderno núm. 2, La Pantera de Texas, en el que un Sheriff cobardita solicita ayuda a la pareja protagonista porque dice que tiene que recoger un saco de pepitas de oro y no se atreve a hacerlo solo. Un bandido ha amenazado con matarlo, ya que, según argumenta el malhechor, las pepitas son de su propiedad porque tiene una hermana que se llama Pepita.
Portada del cuaderno núm. 2

En el trazo burlón y expresivo de Boix radicó gran parte del encanto de la Colección Pipa, en la que habitaron estos dos personajes en exclusiva. Luego, poco más tarde, Marco volvió a recuperarlos para dar lustre a una nueva versión del semanario La Risa, esta vez con carácter de revista, en 1952.
En esa revista se produjo una curiosa circunstancia, al hacerse cargo de los personajes en más de una ocasión el gran Francisco Ibáñez, que por ese tiempo (1955) iniciaba su andadura en el medio. De ahí que muchos estudiosos del tebeo hayan visto cierta correlación entre Cartapacio y Seguidilla y Mortadelo y Filemón, dando a entender que el autor pudiese haberse inspirado en los personajes de Boix para crear su celebérrima  pareja de la TIA.
Portada del cuaderno núm. 78

Emilio Boix no sólo fue un maestro del trazo humorístico; también fue un copy genial, creador de títulos y personajes de divertida fonología:  En el reino de Chu-Le-Tha, Pa-Toso el caco de los mares, Bon y Ato S.A., El Marqués de la Ensaimada, La Chufa que chifla, etc.
La colección tuvo diferentes precios. De los  0,50 cts. de origen, pasó a 0,30, incluso a 0,35, ya en su última entrega (cuaderno núm. 108). También contó con una edición en formato bolsillo compuesta por doce cuadernos. 
Portada del cuaderno núm. 13

Interior del cuaderno núm. 38

lunes, 25 de junio de 2012

CARMENCITA, SUPLEMENTO DE LOS CUENTOS DE HADAS (A. Genies, 1951)



Editorial: Alberto Genies
Año: 1951
Ejemplares:  8?
Dibujos:  Alberto Genies, Luis Poch, 
Fernándo Martínez, Salvador Valls, 
Carmen Barbará...
Guión:  Varios
Tamaño:  17 x 21 y 12 x 17 cm.
Páginas:  16 + cubiertas
Precio:  2 y 1,25 pts






Fue la segunda colección aparecida al amparo del nominativo Carmencita, primera de las cabeceras impulsadas por Alberto Genies desde su recién estrenada editorial. El alarde de calidad del que hizo gala Carmencita, con su personalísima plantilla de dibujantes, Luis Poch, Carmen Barbará, Salvador Valls, M. Rosa Padullés, Fernando Martínez, José Mira, Jorge Guilimany y el propio Alberto Genies, dio lugar a esta bifurcación denominada Extraordinario de los Cuentos de Hadas Carmencita. Hubo una tercera rama --prematuramente abortada-- titulada Suplemento Carmencita, de la que ya hemos hablado aquí (ver entrada)

Extraordinario de los Cuentos de Hadas Carmencita fue planteada a modo de una revista, con secciones, historias y personajes de curiosa miscelánea; casi siempre con la viñeta como principal elemento narrativo. Desde el número inicial se mostraban una serie de personajes encaminados a familiarizarse con las lectoras, pues a ellas iba dirigida la revista. La propia Carmencita, en un dibujo de Alberto Genies, lanzaba el siguiente mensaje. “Amiguitas. Ante todo quiero presentaros a mis amigas que son: Susy, Rayito de Luna, Lucilla, Betsy y Molly y que están dispuestas a contaros sus estupendas aventuras”


Portadas de los cuadernos num. 7 y 8, una vez 
reducido el formato de la revista. 
Creaciones de Luis Poch y Carmen Barbará, respectivamente

Personajes todos ellos femeninos, como era natural, a los que se añadían otras narraciones en clave de cuanto de hadas. Unos y otras tuvieron como hacedores gráficos a la mayor parte de los autores anteriormente relacionados.
La idea era conseguir que los personajes mencionados pudieran convertirse con el tiempo en protagonistas de futuros cuadernos; cosa que aconteció poco tiempo después en la cabecera Suplemento Carmencita, aunque el recorrido comercial de esta colección no alcanzó para que todos ellos disfrutaran de su correspondiente cuaderno.  
En el apartado promocional, cabe destacar un concurso de dibujo consistente en iluminar la contraportada, en la que aparecía reproducida en blanco y negro la portada del cuaderno. Se trataba, pues, de mostrar cierta habilidad cromática. El concursante que más se acercara al anverso original era obsequiado con “una colección completa de cuentos de hadas”
La colección sufrió una reducción de formato y también de precio, finalizando su recorrido en el cuaderno número ocho. 

Portada del cuaderno núm. 1
Creación de Alberto Genies
.


Página interior del cuaderno núm. 1 
protagonizada por Rayito de Luna, creación de Luis Poch
,