Año: 1952
Ejemplares: 252
Dibujos: Manuel Gago
Guión: Quesada
Tamaño: 17 x 24 cm.
Páginas: 10 + Cubierta
Precio: 1,25 pta.
Ejemplares: 252
Dibujos: Manuel Gago
Guión: Quesada
Tamaño: 17 x 24 cm.
Páginas: 10 + Cubierta
Precio: 1,25 pta.
El Espadachín Enmascarado hizo su aparición en los quioscos en 1952, pero el
personaje venía precedido de unos pormenores muy particulares, una historia que
se remontaba a 1947. En ese año Manuel Gago, en colaboración con su hermano
Pablo en tereas guionísticas, había ofrecido el personaje a Valenciana mediante
la presentación de un primer cuaderno elaborado con mimo y maestría de
principio a fin. Al parecer, la editora rechazó el proyecto y Gago, convencido
de que una historia de capa y espada podía tener su hueco en el mercado, decidió
ofrecerlo al sello Toray cambiando ligeramente los componentes y el escenario
de la trama, así como el sobrenombre del espadachín. Valenciana había rechazado
el proyecto, o simplemente lo había congelado –nunca lo sabremos— pero suponemos
que se quedaría con el cuaderno: como solía hacer siempre. Manuel Gago tuvo por
tanto que cambiar ligeramente la propuesta presentada a Toray, bautizando de
nuevo al personaje con el nombre del Espadachín
de Hierro (1947)
Cuaderno núm. 4 de El Espadachín de Hierro
Pero el supuesto maná barcelonés duró tan poco como nueve cuadernos,
condicionado por las amenazas de Valenciana, a quien preocupaba perder al garante
de gran parte de los éxitos que la editorial cosechaba en ese tiempo. A Gago no
le quedó otro remedio que volver a su redil levantino. Poco tiempo después la
editorial desempolvó el proyecto del Espadachín
Enmascarado y lo puso en circulación aprovechando el primer cuaderno
dibujado por Gago años atrás. Lo que vino a continuación fueron muy buenas
noticias para la editorial: uno de los grandes éxitos del tebeo
autóctono de todos los tiempos.
Para el primer número Manuel Gago había contado también con la colaboración
de su hermano Pablo en el guión. Sin embargo la continuación de la serie fue
encargada a Pedro Quesada, uno de los dos grandes guionistas del tebeo
valenciano junto a Federico Amorós, y hombre de confianza de la editora con la
que venía colaborando en cabeceras como Roberto
Alcázar y Pedrín y El Guerrero del
Antifaz. Toda una garantía que junto a la maestría y querencia de Gago por
el personaje, dio como resultado una colección memorable, al menos en la mayor parte
de su recorrido.
Gago atravesaba sin duda un momento creativo esplendoroso, con un trazo
suelto y firme, comprometido con el lector y con su propio prestigio. Y la
consecuencia fue una colección de enorme fuerza narrativa, ayudada por un guión
maduro y brillante, cargado de situaciones y personajes memorables, a pesar de
la tibieza del inicio que recordaba sobremanera al anterior espadachín elaborado
para Toray como pueden comprobar en su introducción: “Dos jóvenes oficiales se distinguían en la corte de Luis XIV de
Francia. El uno, Pierre Drumont, por su bondad extraordinaria, y el otro, Paul
de Brenat, hijo del marqués de Brenat, por su maldad y crueldad sin límites.
Los dos eran singularmente fuertes y excelentes espadachines”. Los dos
deciden batirse en duelo por una mujer y el vencedor, que no es otro que el
futuro Espadachín, acabará cubriendo su cara con un antifaz para evitar la
condena a muerte ordenada por el Rey Luis XIV después de ser acusado de haber dado
muerte a su contrincante con malas artes. Una vez demostrada su inocencia
frente a su rey, pondrá su espada y su vida al servicio de la corona.
Y como todo buen tebeo del dúo Manuel Gago/Pedro Quesada, los amores posibles
devienen en imposibles; y los imposibles en imposibles también. Personajes
siempre en vilo, viviendo al límite de sus posibilidades. De un lado, maldad,
odio y traición a raudales. Y del otro, arrojo, valentía y épica. Todo ello
servido en la corte de la Francia de Luis XIV, aunque con el paso de los cuadernos
la acción emigrará hacia otros horizontes impartiendo siempre justicia en
nombre del rey de Francia.
Una curiosidad significativa relacionada con el personaje tuvo como
protagonista al excelente dibujante Miguel Quesada, quien llegó a dibujar el
cuaderno núm. 2 de la serie sin éste llegara finalmente a ver la luz. Así lo
cuenta Enrique Martínez Peñaranda, que ha su vez remite el dato a la revista
Maestros de la Historieta editada por Club Vallisoletano de Amigos del Tebeo. Al
parecer, Quesada sólo recuerda el hecho, pero no el motivo que le llevó dibujar
dicho cuaderno. No sabemos si el cuaderno formó parte de la propuesta inicial
Gago, cuando esta fue rechazada o pospuesta en 1947, cosa que parece poco
probable, o si fue un encargo directo de Valenciana en un intento de dar salida
al personaje en vista de que Gago había puesto en circulación un personaje
similar con el sello de Toray.
Página oficial del cuaderno núm. 2 dibujada por Gago
Página del cuaderno núm. 2 dibujada por Quesada que nunca llegó a editarse.
Lo cierto es que el cuaderno se quedó huérfano de imprenta, y una vez
vuelto Gago al redil tuvo que dibujar de nuevo el mencionado cuaderno, que por
cierto también cambió de título y de rumbo narrativo. Aquí pueden ver la
primera página de cada una de las versiones, la publicada (Gago) y la no
publicada (Quesada)
Portada del cuaderno núm. 13 y página interior del núm. 1
Una colección magnífica. No recordaba lo del cuaderno ilustrado por Quesada, su estilo parece muy primitivo, seguramente hecho, como apuntas, cuando en 1947 el personaje es propuesto a Valenciana. Para su fortuna, pudo Quesada escapar de la editora de los Puerto...
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