Editorial: Codiar
Año: c. 1950
Ejemplares: 3?
Dibujos: Ayné
Tamaño: 7,5 x 16 cm.
Páginas: 10 + cubiertas
Precio: 60 cts.
Muchos de los datos extras que hoy
conocemos del sector del tebeo, de las características de determinadas
cabeceras, de los intríngulis y modo de hacer o actuar de esta o aquella
editora, han sido posibles gracias al contenido de algunas contraportadas. En
muchas ocasiones estos dorsos se han comportado como una especie de tablón de
anuncios de la editorial, el espacio dedicado a conectar con el lector e
informarle de las bondades de una colección concreta o de las novedades y
próximos lanzamientos. También de los números publicados de una determinada
serie: esas listas de títulos, desgranados ordenadamente, que hoy agradecemos
con fervor cuantos nos dedicamos a desentrañar el enorme legado de nuestros tebeos.
En el caso de Codiar, editora sobre
la hoy recae la más absoluta obscuridad en todo lo relacionado con su aparición,
sus gestores, incluso su producción, aunque todo apunta que ésta no pasó de
siete u ocho cuadernos en total, la información contenida en sus contraportadas
supuso un paso más allá de lo habitual en el sector. Los cuadernos de Timbo y Tambo y los de Zarzán consultados utilizaron el dorso
para lanzar una proclama cuanto menos atípica. De hecho, ninguna otra editorial
había recurrido a una nota pública para advertir a distribuidores y
repartidores que sólo se admitirían devoluciones de los cuadernos hasta una
fecha determinada. Y que todo el material que llegara después de la medianoche
del plazo marcado sería considerado como vendido en firme y no se atendería
reclamación alguna. Una imposición más propia de una editorial poderosa que de una
recién llegada, como era el caso de Codiar. La cosa no debió funcionar como la
editora esperaba, y no tuvo más remedio que rectificar al vencimiento del plazo,
reimprimiendo sobre el dorso un destacado texto que anulaba dicha imposición y
dejaba el plazo de devolución en ilimitado. Todo un presagio de la tormenta que
luego llegaría en forma de cierre de la editorial.
Constatar la firma de Ayné en todos
los ejemplares de las tres colecciones que propuso Codiar, nos hace suponer que
pudo tratarse de un proyecto personal del autor, o de alguien muy cercano. Un
Ayné que se mostró aquí con un trazo más exquisito y limpio si cabe de lo
habitual. De las tres cabeceras, una fue enmarcada en el segmento del cuento de
hadas, Mariposa, de la que muy
probablemente solo llegó a publicarse un ejemplar, aunque fueron anunciados
cinco o seis títulos más. Y las otras dos se situaron en el plano humorístico: Zarzán y Timbo y Tambo.
Portada y página interior cuaderno núm. 2
La primera, un émulo de Tarzán y un
clon en toda regla de otro personaje del autor que llevaba años editándose: Narizán (Ed. Marco). La única discrepancia
entre ambos personajes es una pequeña variedad en la vestimenta. Mientras que en
la colección de Marco el héroe vestía sólo un calzón corto, en esta, la editada
por Codiar, el pantaloncito extendía una franja de la misma tela sobre el torso
que llegaba hasta el hombro y bajaba por la espalda. Una especie de camiseta a
medias que se unía con el pantalón. En ambos casos las vestimentas adornadas
con lunares.
En el caso de Timbo y Tambo, los protagonistas son una pareja de detectives
privados cándidos y bufos, fórmula muy del gusto del autor, que había recurrido
a ella más de una vez.
Ambas colecciones de producción escuálida
–apenas tres cuadernos en cada una de ellas--, en línea con el formato bolsillo
en el que fueron presentadas. Todo un presagio.
Portada y página interior cuaderno núm. 3
Valiosísimos datos para mí, que una vez más desconocía editor y personajes... Gracias, Paco, paleontólogo del tebeo hispano!
ResponderEliminarGracias, Pedro, pero el maestro de estas cosas eres tú. Yo sólo soy más viejo... Es verdad que tanto la editora como los personajes son raros, raros...
Eliminar