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miércoles, 9 de mayo de 2012

CARMENCITA (A. Genies, 1949)









Editorial: Alberto Genies
Año: 1949
Ejemplares:  82?
Dibujos:  Luís Poch, Fernándo Martínez, 
Salvador Valls, Carmen Barbará...
Guión:  Varios
Tamaño:  15 x 21
Páginas:  10 + cubiertas
Precio:  1 pta.






En una entrada anterior, dedicada a Suplemento Carmencita, comentábamos el proyecto editorial llevado a cabo por el dibujante y guionista Alberto Genies, autor barcelonés de gran personalidad que lamentablemente no se prodigaría en exceso.

El primer trabajo que vio la luz bajo el sello editorial de Genies fue la presente colección, Carmencita, que tuvo una puesta de largo de lo más primoroso, como ninguna otra colección del segmento de hadas lo había tenido antes. Ni tampoco después. Lo de ser monaguillo antes que fraile, facilitó que el dibujante --ahora también empresario-- proyectase su primera cabecera dotándola de novedosos atributos o valores diferenciales.

A la belleza de las portadas, sumó un nivel cromático y de impresión inusual en la época, además de una selección de autores de gran sinergia estética con los propósitos de la cabecera, entre los que destacaban Luis Poch, Carmen Barbará, Salvador Valls, M. Rosa Padullés, Fernando Martínez, José Mira, J. Guilimany y el propio Alberto Genies. Cada uno con su estilo, pero todos sumando méritos estilísticos, dotando a la colección de una personalidad y elegancia desconocida en el tebeo de hadas. Personalidad que no evitaba apreciar las diferencias entre autores, pues nada tenía que ver el dibujo peripuesto y candoroso de Salvador Valls o Carmen Barbará, con el trazo dinámico de Luis Poch --que en ocasiones parecía recordar al de un tebeo de acción en toda regla--, o el garboso y esbelto de Fernando Martínez.

Un carácter estilizado que venía como anillo al dedo a la pléyade de caballeros, princesas, hadas, castillos, dragones, brujas y malvados; todo con un trasfondo a veces tierno y otras épico, pero siempre elegante, soñador. Con todo, lo mejor fueron las portadas, en las que destacaba la filigrana estilística en la vestimenta de los personajes. 

La cabecera tuvo también una relación con el lector muy singular, personalizada en una supuesta Carmencita –a veces incluso de carne y hueso-- que con frecuencia se dirigía a los seguidores de la serie y que, entre otras cosas, ofrecía la posibilidad de que estos viesen su foto publicada.

Recortable encartado en el cuaderno núm. 27
Creación de Carmen Barbará

El otro gran regalo de Carmencita fueron sus láminas de recortables, la mayor parte de ellas espléndidamente realizadas por Carmen Barbará, que hizo aquí un ejercicio brillante de creatividad y sabiduría del mundo de la moda. Mari-Lu, Carolina, Mary Cruz, Tere…, y así hasta ochenta y tres muchachitas a las que rodeaban diez o doce vestidos y complementos por lámina. En un primer momento  fueron encartadas dentro de cada tebeo. Más tarde, cuando la colección alcanzaba el núm. 35, pasaron a ser impresas en la contraportada, con el consiguiente quebranto que ello representaba para la integridad del cuaderno si a alguien se le ocurría recortarlas.     



 Cuaderno núm. 23
Portada de Fernando Martínez




Cuaderno núm. 27
Portada de Luís Poch



Cuaderno núm. 64
Portada de Salvador Valls