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viernes, 17 de agosto de 2012

DICK MORLAND (Bruguera, 1948)










Editorial: Bruguera
Año: 1948
Ejemplares:  6
Dibujos:  Miguel Quesada 
Guión:  Pedro Quesada
Tamaño:  17 x 24 cm
Páginas:  10 + cubierta
Precio:  1,25 pts.





Segundo western de Miguel Quesada para Editorial Bruguera, después de producir Ted el Pelirrojo, cuando este precoz y a la postre genial dibujante contaba con apenas 15 años. Quince añitos --empezó con 13 en La Pandilla de los Siete--, y ya trabajando para uno de los grandes sellos del país.
La colección se situó dentro de género Western, con una trama sórdida y fría como la alta montaña que la sustentaba. Un escenario en el que Dick y su novia Alicia Gray tienen que lidiar con bandidos de la peor calaña y con los indios cherokees. También contra un hermano de Alicia, de lo más bruto, responsable del secuestro del padre de Dick.
Curioso cuanto menos el guión, obra del otro Quesada, Pedro, que planteaba alguna que otra situación atípica para un tebeo de esos años, como la que se daba en el cuaderno núm. 3, cuando Alicia y Dick visitan al hermano de la primera. Este desconoce que Alicia pertenece a su misma sangre y tampoco quiere reconocerlo cuando su hermana se lo dice. Es un fuera de la ley y no está para mucha pleitesías. Pero tiene dudas de que la mujer esté diciendo la verdad, por lo que decide que deben besarse para probar sentimientos. Lo curioso es la reacción de Dick Morlan, oponiéndose a ello y advirtiendo a la chica que debe estar segura antes de dar ese paso. También es curiosa la manera que tiene Alicia (ver viñeta) de preparase para el beso, como si este fuese a ir destinado a sus labios. Quizás por aquel entonces el beso de un desconocido, por casto que fuera, era una cosa muy grave. Corría 1948 y los hermanos Quesada tenían 15 y 22 años.      

Miguel Quesada, que por ese tiempo seguía bajo tutela de su maestro Manuel Gago, presentó un personaje desviado del cowboy al uso, un héroe con cierto aire de señoritingo que recordaba al típico charro mejicano, aunque sin el sombrero característico de este. 
Cuando Dick Morlan alcanzaba el cuaderno número 6, puso fin a su andadura con un título que parecía también anunciar la frustración editorial. El Fin de la Aventura

Cuaderno núm. 3



Página interior del cuaderno núm. 3