
Editorial: Fantasio
Año: 1947
Ejemplares: 4
Dibujos: A. Parras
Guión: A. Parras
Tamaño: 24 x 16,5 cm.
Páginas: 10 + cubiertas
Precio: 1 pta.
Ediciones Fantasio fue una pequeña editorial que apenas
había tenido tiempo de aclimatarse al sector cuando se vio obligada a echar el
telón: tan sólo dos años de vida en un segmento en el que para competir, además
de poner los medios adecuados, había que tener suerte. Y Fantasio no la tuvo.
Entre otras cosas porque su política de ediciones –si se puede llamar a así a
las iniciativas editoriales de aquellos años--, no entroncó con lo que el
lector demandaba. La competencia era dura; ahí estaban los héroes del comic USA
de Hispano Americana; o los Robertos y Guerreros de Valenciana, por citar a las
dos editoriales de mayor éxito en esa década de los años cuarenta.
Pero Fantasio tuvo el mérito de intentarlo, de buscar un
hueco en el mercado sin mayor experiencia y sin mayor criterio selectivo que el
que ofrecía la incipiente industria del tebeo, que era mas bien poco. De ahí
que en su caterva de dibujantes y guionistas predominara la pubertad. Quizás su
mayor logro sea el de haber dado la alternativa a un futuro genio de la viñeta,
nuestro admirado y, para quien esto escribe, padre y madre de El Capitán
Trueno. No, no me refiero a Victor Mora, que no digo yo que no tenga su mérito,
sino al incomparable Miguel Ambrosio Zaragoza (Ambrós, para los amigos) y de
quien me sentiré siempre en deuda.
Frank Ross fue una de las diez o doce cabeceras que la editorial alcanzó a
publicar. Una serie en la que debutaba un jovencísimo Antonio Parras (18 años),
quien aquí manifestaba sus primeros ardores por el género presagiando un brillante
futuro. Con un dibujo influenciado por Alex Raymond en el que la figura humana sobresalía
del resto de elementos. Estos mostraban unas hechuras esquematizadas, de puro acompañamiento,
dispuestos de tal modo que propiciaran el enaltecimiento de las figuras en cada
viñeta. Deliciosa la portada del cuaderno núm. 2 aquí reproducida, en la que
destaca un exquisito encuadre, así como el tratamiento en sombras del rostro
del personaje.
Ross es un Agente Secreto americano inmerso en la tarea de
investigar el paradero de unas fórmulas desaparecidas. En su búsqueda conoce a
una joven de la que se enamora, sin sospechar que es la sobrina del ladrón al
que busca. O sea, nada que el lector de entonces no hubiera visto en otras
cabeceras. Puro tebeo autóctono a 1 Pta. la dosis, que aquí no pasaron de
cuatro.
Cuaderno núm. 2
Página interior del cuaderno núm. 2