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miércoles, 28 de noviembre de 2012

FRANK ROSS (Fantasio, 1947)





Editorial: Fantasio
Año: 1947
Ejemplares:  4
Dibujos:  A. Parras
Guión:  A. Parras
Tamaño:  24 x 16,5 cm.
Páginas:  10 + cubiertas 
Precio:  1 pta.






Ediciones Fantasio fue una pequeña editorial que apenas había tenido tiempo de aclimatarse al sector cuando se vio obligada a echar el telón: tan sólo dos años de vida en un segmento en el que para competir, además de poner los medios adecuados, había que tener suerte. Y Fantasio no la tuvo. Entre otras cosas porque su política de ediciones –si se puede llamar a así a las iniciativas editoriales de aquellos años--, no entroncó con lo que el lector demandaba. La competencia era dura; ahí estaban los héroes del comic USA de Hispano Americana; o los Robertos y Guerreros de Valenciana, por citar a las dos editoriales de mayor éxito en esa década de los años cuarenta.
Pero Fantasio tuvo el mérito de intentarlo, de buscar un hueco en el mercado sin mayor experiencia y sin mayor criterio selectivo que el que ofrecía la incipiente industria del tebeo, que era mas bien poco. De ahí que en su caterva de dibujantes y guionistas predominara la pubertad. Quizás su mayor logro sea el de haber dado la alternativa a un futuro genio de la viñeta, nuestro admirado y, para quien esto escribe, padre y madre de El Capitán Trueno. No, no me refiero a Victor Mora, que no digo yo que no tenga su mérito, sino al incomparable Miguel Ambrosio Zaragoza (Ambrós, para los amigos) y de quien me sentiré siempre en deuda.
Frank Ross fue una de las diez o doce cabeceras que la editorial alcanzó a publicar. Una serie en la que debutaba un jovencísimo Antonio Parras (18 años), quien aquí manifestaba sus primeros ardores por el género presagiando un brillante futuro. Con un dibujo influenciado por Alex Raymond en el que la figura humana sobresalía del resto de elementos. Estos mostraban unas hechuras esquematizadas, de puro acompañamiento, dispuestos de tal modo que propiciaran el enaltecimiento de las figuras en cada viñeta. Deliciosa la portada del cuaderno núm. 2 aquí reproducida, en la que destaca un exquisito encuadre, así como el tratamiento en sombras del rostro del personaje.
Ross es un Agente Secreto americano inmerso en la tarea de investigar el paradero de unas fórmulas desaparecidas. En su búsqueda conoce a una joven de la que se enamora, sin sospechar que es la sobrina del ladrón al que busca. O sea, nada que el lector de entonces no hubiera visto en otras cabeceras. Puro tebeo autóctono a 1 Pta. la dosis, que aquí no pasaron de cuatro.  
Cuaderno núm. 2

 Página interior del cuaderno núm. 2