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sábado, 16 de diciembre de 2017

NUEVAS AVENTURAS DE CARPETA (Marco, 1950)



Editorial:  Marco
Año:   1950
Ejemplares:  2?
Dibujos:  Eugène Gire
Guión:  Eugène Gire
Tamaño:   8 x 17 cm.
Páginas:   32 + cubiertas
Precio:   1 pts.






Algunas de las grandes editoriales españolas de tebeos recurrieron con cierta frecuencia a material foráneo para seguir engordando su catálogo comercial. Editorial Marco fue una de ellas, con series como Guerra a la tierra (1945), Poncho Libertas (1945), El Capitán Fantasma (1947) y alguna más, como la que aquí comentamos. Todas ellas con escasa fortuna comercial.

El personaje que Marco llamó Carpeta fue en realidad una creación de procedencia francesa publicada por vez primera en 1945 en la revista Valliant. Obra de Eugène Giroud, más conocido con Eugène Gire, la serie fue publicada en origen con el nombre de Les aventures de R. Hudi. Marco adquirió los derechos de la serie para la revista P.B.T. (1948), una vieja cabecera de 1935 que había sido frenada por la guerra civil y que ahora volvía a renacer en un formato adaptado a los tiempos. Las aventuras de R. Hudi tuvo el honor de presidir la portada de la revista. Pero no de brillar: el abigarramiento de las viñetas, propiciado por la reducción de tamaño respecto a la edición original, dificultó lo suyo. Tampoco ayudó mucho el barroquismo propio del dibujo de Gire, cargado de elementos y detalles difíciles de asimilar por el ojo humano con esas proporciones. Y menos, si como solía suceder con frecuencia, los registros de impresión no eran del todo buenos. Existía algo indigesto en esas páginas, un carácter confuso al que también contribuía la caterva de personajes que se movían por la serie --una especie de la famosa Pandilla cinematográfica (Our Gangs) creada en tiempos del cine mudo por Hal Roach--. Tampoco ayudaba el nombre, de pronunciación forastera, a todas luces inapropiado para el lector infantil.


P.B.T. Núm. 1 (marco, 1948)

Pocos cuadernos después de iniciada la nueva andadura de P.B.T., Marco pareció tomar conciencia de que algo no funcionaba en su serie franquicia, decidiendo cambiar el título inicial por el de Las aventuras de Carpeta. Nombre que quizá la acercaba un poco al lector, pero que no paliaba en absoluto el resto de inconvenientes señalados. Aun así, Las aventuras de Carpeta se mantuvieron en la portada de la revista casi hasta el fin de sus días, que no fueron muchos, todo hay que decirlo.  

Y de ahí, uno o dos años después, en 1950, llegamos a la presente colección: Nuevas aventuras de Carpeta, esta vez en formato bolsillo que permitía desgranar estas nuevas aventuras a razón de dos viñetas por página. 32 páginas en total por cuaderno. Ahora el dibujo de Gire sí aparecía limpio e inteligible. Y brillaba como merecía. Nada que ver con el de P.B.T. Pero, aun así, tampoco llegó a cuajar este nuevo intento; apenas dio para dos o tres cuadernos. Parecía como si todas las colecciones de bolsillo, salvo algunas excepciones del sello Hispano Americana, estuvieran destinadas al fracaso.


Y eso que, vista desde esta nueva disposición de amplias viñetas, las Nuevas aventuras de Carpeta poseían un impacto visual considerable, con un dibujo expresivo y rico en encuadres y perspectivas. Y lo mismo se puede decir del guión, ingenioso y repleto de situaciones bufas.























Portada y página interior cuaderno núm. 2?

viernes, 8 de diciembre de 2017

AVENTURAS DE MISTER BLUFF (Valenciana, 1942)






Editorial: Valenciana
Año: 1942
Ejemplares:  6
Dibujos:  Emilio Panach y Soriano Izquierdo
Guión:  Emilio Panach y Soriano Izquierdo
Tamaño:  17 x 24 cm. 
Páginas:  16 + Cubiertas
Precio:  60 y 75 cts.


Creación singular y valiente donde las hayas. Aventuras de Mister Bluff formó parte del ramillete de series primerizas de Editorial Valenciana en el apartado humorístico. Sus valores creativos fueron incuestionables, como veremos a continuación, pero más incontestable aún fue el atrevimiento y la valentía de sus impulsores.

Plantear una colección como homenaje a un artista gráfico del humor fusilado recientemente, como al parecer pretendió subrepticiamente esta colección tiene mucho mérito. Sobre todo en ese tiempo, cuando el sector del tebeo estaba bajo la lupa del bando vencedor. Y mucho más, si los impulsores de la misma eran dibujantes que ya se habían pronunciado en publicaciones satíricas contra el clero, la monarquía y los militares, Franco incluido. Aventuras de Mister Bluff nació como una ofrenda post mortem al genial dibujante Carlos Gómez Carreras, más conocido como Bluff, asesinado por el nuevo régimen en un quítame allá esas viñetas. El primer cuaderno coincidió con el Nº 13 de Roberto Alcázar y Pedrín, lo que nos lleva a pensar que su aparición debió tener lugar en el segundo semestre de 1942.

Es sorprendente que en un clima de represión así, Soriano Izquierdo y Emilio Panach se atrevieran a plantear una colección con el nombre de Bluff en su cabecera. Pero lo hicieron, y al parecer sin mayor consecuencia para ellos, ni tampoco para la editora, Valenciana, que tal vez no fue consciente del desafío que planteaba la colección. Claro que el guión, como es natural, nada tenía que ver con el traumático asunto.

Seis fueron los ejemplares editados, con autoría repartida a partes iguales entre los dos dibujantes. Fue la primera colección, junto a Aventuras de Jaimito --personaje este último que luego daría lugar a la célebre revista del mismo nombre-- de una larga lista situada en el segmento humorístico. Bautizada en un principio por Valenciana con el antetítulo de Colección Risa Continua, Aventuras de Mister Bluff presentaba al personaje como “… un famoso domador que ha hecho buena su teoría de que los animales pueden hablar, leer y escribir como un mortal cualquiera, enseñando matemáticas al león más viejo del Zoo londinense”. Excelente el dibujo de Panach, en los tres cuadernos que dibujó, preciso y de gran personalidad, con un personaje caricaturesco que más perecía un lord.   

A Panach le sustituyó Soriano Izquierdo, hombre destinado más adelante a llevar las riendas de la dirección editorial. Un cambio sin duda traumático en lo gráfico, antagónico al de Panach, pero quizá más efectivo dentro del segmento infantil al que se dirigía la colección. De la mano de Soriano, el personaje pasó de un trazo caricaturesco a un enfoque más risible e infantil; una visión asimismo de enorme gracejo y expresividad. También cambió la tarea del personaje; ya no era el domador inicial, con pinta de lord, que hacía hablar a las fieras, sino una especie de aventurero o explorador, con aires de Sherlock Holmes, cuyas aventuras transcurrirán ahora en China, en el Polo Norte y en la Estratosfera.


Entre el trabajo de uno y otro autor transcurrieron al menos dos o tres años. La cadencia editora de Valenciana no fue en ese tiempo muy periódica o regular.   




Portada y página interior cuadernos números 1 y 3, respectivamente.
Dibujos de Panach y Soriano Izquierdo