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jueves, 20 de septiembre de 2012

RICARDO MANTECA Y JORGITO APUROS (Bruguera, 1947)








Editorial: Bruguera
Año: 1947
Ejemplares:  11
Dibujos:  Luis Gago
Guión:  Luis Gago
Tamaño:  15 x 21 cm
Páginas:  8 + cubierta
Precio:  50 cts.


Cuaderno Núm. 6


Cuando en 1947 fue presentada la presente colección, hacía ya tiempo que Bruguera miraba de reojo cuanto acontecía en Valencia, en la Editorial Valenciana, concretamente. La editora catalana, ex Gato Negro, llevaba años buscando una cabecera de largo alcance popular, algo que no había conseguido del todo a pesar de contar con una camada de excelentes dibujantes. El camino andado era en cierta manera sobresaliente, con series como Bala Certera (1942), Aventuras y Viajes (1943), Cuentos Populares Españoles (1944)..., y algo más tarde, con otras creaciones coetáneas de la presente colección, tales como El Hombre de la Estrella (1947) o El Caballero de las Tres Cruces (1947). Pero las miradas a Valenciana eran inevitables; allí hervían de éxito un par de títulos, personajes que acaparaban las miradas y envidias de cualquier editorial: Roberto Alcázar y Pedrín (1941) y El Guerrero del Antifaz.
Estas dos cabeceras relucían en los quioscos como ningunas otras, éxito que de alguna manera recaía en sus creadores, Eduardo Vañó y Manuel Gago, especialmente en este último, que se había convertido en el gran paradigma del tebeo de aventuras de posguerra. Quizás por eso, Bruguera decidió probar suerte con Gago. Y quizás por eso, apostó por esta colección interpretada por una pareja a lo Roberto Alcázar y Pedrín que dio en llamar Ricardo Manteca y Jorgito Apuros. Un dúo formado por un detective privado y su ayudante, a quien también le gustaba repartir leña estaca en mano.

Pero sucedió que Manuel Gago sólo tenía dos manos y que éstas estaban secuestradas por Valenciana; bastante hacia el hombre con sacar adelante su Guerrero del Antifaz, su Pequeño Luchador y un sin fin de ayudas y colaboraciones en otras series de la editora de Juan Bautista Puerto. Gago, sí, pero no Don Manuel, sino Luis, que en esta su primera colaboración seriada firmó en un principio como Islu (su nombre de pila invertido)
La inexperiencia de Luis Gago, así como su escasa destreza para el dibujo quedaron patentes desde el inicio, a pesar de que algunas portadas evidencian cierta ayuda de su consagrado hermano. La colección puso fin a su andadura cuando alcanzaba el cuaderno número once. Una cifra ciertamente significativa dada la nula calidad referida, a la que tampoco escapó el propio guión: Ricardo y Jorgito se encuentran en su apartamento comentando las noticias que aparecen en el periódico acerca de las fechorías de una banda de malhechores encabezada por un tal Muller. Suena el teléfono y Jorgito, que tiene más ganas de jarana que Pedrín, comprueba con algarabía que al otro lado se encuentra un Inspector de Scotland Yard solicitando ayuda para capturar a los famosos bandidos. Les suena, ¿verdad? 
Quizás lo más significativo de esta colección sea el haber compartido año y sello editor con la mítica Pulgarcito, la revista que cambiaría para siempre el curso de la historieta española. 

Cuaderno núm. 1



 Página interior del cuaderno núm. 1