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sábado, 1 de septiembre de 2012

EL DIABLO VERDE (A. Genies, 1949)











Editorial: Alberto Genies
Año: 1949
Ejemplares:  14?
Dibujos:  José Mira
Guión:  José Mira
Tamaño:  16 x 21
Páginas:  10 + cubiertas
Precio:  1,25 pts.





Primera y casi única edición de esta exquisita editora en el género aventurero. La otra excepción fue Héroes de la Aventura, también en 1949, serie que ya hemos comentado aquí anteriormente.
La historia: El Diablo Verde (con antifaz), surge tras la usurpación de poder llevada cabo por el emperador Gerard contra el legítimo jefe de la nación, el Conde de Chateau Noir, después de éste sea asesinado junto a su primo en una emboscada. El Diablo Verde y varios nobles enemigos del emperador se levantan en armas con intención de derrocarlo. Historia de espadachines y tirabuzones, como los que lucía el protagonista.
Buen trabajo de documentación histórica y estilismo, con sombreros emplumados, chaquetas ajustadas a la cintura, guantes y botas de cuero, incluso volados de encaje. Y las pelucas, trenzas y tirabuzones tan propias de la época. Capa y espada al más puro estilo Luís VIV.
La colección tuvo como autor grafico a José Mira, un aseado dibujante que no lograría destacar en exceso en el sector, al menos en cuanto a cantidad de obra. Con todo, y como sucedía una vez sí y otra también en esta editora, las portadas respiran un aire de gran plasticidad, composiciones que en su mayoría ponen de manifiesto el buen hacer de este autor.
Se dio una circunstancia destacable en ese mismo año de 1949. Y es que a la colección A. Genies le salió un competidor directísimo; tanto que hasta su apellido tuvo idéntico tinte. Máscara Verde era su título, un héroe enmascarado diseñado por Borné y editado en Galicia bajo el sello Cíes. Suponemos que fue cosa de puro azar y no algo premeditado. La realidad es que no eran demasiadas las alternativas coloristas disponibles para asignar a una máscara, teniendo en cuenta que el negro estaba más utilizado y el rojo no podía ser por razones obvias.

Pero el gran misterio que rodea a este personaje es su dualidad editora, ya que unos meses antes de la edición de A. Genies había sido presentado bajo el sello de Ibero Americanas. Aunque al parecer este inicial intento no pasó del primer ejemplar. Muy probablemente, el motivo de este trasvase viniera motivado por el cambio de orientación que operó Ediciones Ibero Americanas, que en 1948 dejó de lado al tebeo para centrase en otro tipo de publicaciones.  

El Diablo Verde de A. Genies logró alcanzar al menos 14 ejemplares.


ANEXO del 18 de febrero de 2013

Según información facilitada por Eduardo Hernández de Zaragoza, el relato llegó a contar en algún momento con tres Diablos Verdes en tareas justicieras. El primero de ellos correspondió a la Condesa de Chateau Noir; el turno siguiente sería para Dufort, un protegido de ésta. Y en último lugar, su hijo. Todos en lucha contra el usurpador y emperador Gerard.   

Cuaderno núm. 2


Página interior del cuaderno núm. 2

lunes, 27 de agosto de 2012

VÍCTOR, ALICIA Y EL PROFESOR GUILLERMO DE ÁLAVA (J. L. AGUILAR, 1943)











Editorial: J. L. Aguilar
Año: 1943
Ejemplares:  6
Dibujos:  Hermanos Conesa
Guión: 
Tamaño:  22 x 30 cm
Páginas:  14 + cubierta
Precio:  1,50 pts.




La colección podría resumirse como de inspiración Flashgordiana realizada por un pariente cercano a Eduardo Vañó; aunque también podría ser que el tal Víctor --el protagonista principal-- fuese un hermano gemelo de Roberto Alcazar. Eso sí, un hermano algo mas faldero que el tutor de Pedrín, como pueden comprobar en la imagen de la primera página del cuaderno aquí reproducida.
Víctor es el aventurero elegante, el trotamundos; un hombre abnegado y defensor de causas justas. Alicia es su prometida, una chica casamentera que en el momento de su boda ve como su novio la deja plantada para acudir en ayuda de su amigo el profesor. Y el profesor es el profesor, un viejo sabio inventor de cosas tan extravagantes como los Rayos Z, un artilugio capaz de paralizar cualquier motor que se ponga a tiro. Por no hablar de sus Aero-Cohetes desintegradores, capaces al mismo tiempo de exhalar un gas que los hace invisibles al enemigo.
Luego está el malvado de turno, chino para variar, llamado Fu-Ching, capaz de cualquier cosa con tal alcanzar el poder absoluto sobre la tierra. Incluso de utilizar a su hija, la bella Lirio del Agua, para engatusar a Víctor y ganarlo para su causa. En fin, un folletín en toda regla, tan ingenuo como delicioso.
La autoría gráfica recayó en los Hermanos Conesa, tan desconocidos como esforzados, con un dibujo muy influenciado al principio por Eduardo Vañó, aunque menos esquemático, con mayor aplicación en el detalle, en los fondos y sombreados.    
J. L. Aguilar fue uno de esos sellos surgidos al amparo de la singular eclosión posbélica del cuaderno aventurero. Y lo hizo de manera ambiciosa, de ahí que la mayor parte de sus cabeceras tuviesen un generoso formato, una buena calidad de impresión y un soporte de espléndido gramaje. Pero, sobre todo, J. L. Aguilar sorprendió incorporando un plus de color en las páginas interiores de la mayoría de sus cabeceras, un cromatismo desconocido en el mercado hasta el momento. Aunque su precio también era de campeonato para aquellos tiempos, 1,50 ptas., algo que sin duda acabó pasando factura a esta infortunada editorial que cerraría sus puestas cuando apenas llevaba un año en activo.  
Portada del supuesto núm. 1. 
Otras fuentes señalan al cuaderno titulado La Ciudad Submarina como el primer ejemplar


Página interior del cuaderno titulado En poder de Fu-Ching, supuesto núm. 1