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lunes, 1 de abril de 2013

HISTORIETAS GRÁFICAS - CUENTOS AMELLER (Ameller, 1942)







Editorial: Ameller

Año: 1942
Ejemplares:  83?

Dibujos:  Aguado, Batet, Porto, Benejam, etc
Guión:  Varios
Tamaño:  17 x 24 cm.
Páginas:  16 + cubiertas
Precio:  1 y 1,25 pts.



Viñeta interior del cuaderno núm. 60
Dibujos de García Vilella

Historietas Gráficas o Cuentos Ameller –nombre este último por el que es conocida popularmente— constituyó junto a Cuentos Pilarín la primera incursión de la editora Ameller en ámbito del tebeo. La irrupción de este sello en el mercado tuvo lugar en 1942, alternado cuentos clásicos, novela popular y universal y tebeos.
La colección mostró en un principio una voluntad aventurera fuera de toda duda, en línea con la mayor parte de los tebeos que se publicaban por ese tiempo. Con un arranque productor de gran mimo, plástico y detallista: buen papel, excelente impresión y minuciosa selección de autores, al menos en el ámbito de las portadas. La serie fue desgranando títulos como Miguel Strogoff, Los esclavos del Sahara, El Gran desierto blanco, El coloso del aire, A la legión, La isla del tesoro, La montaña perdida, Los elefantes blancos, Los buscadores de oro; tebeos todos ellos basados en relatos conocidos o de reciente guiso, donde la aventura era la salsa principal. Sin embargo, en el cuaderno núm. 10 la cabecera parecía dar un giro inesperado con un ejemplar ubicado inequívocamente en la parcela del cuento de hadas. El príncipe feo era su título. 

Cuaderno núm. 14
Ilustración de Víctor Aguado

La colección –o lo que fuera, pues aún no mostraba reseña alguna que permitiera señalarla con un nombre--, siguió de nuevo su curso en el campo de la aventura, hasta que pocos números después cambió definitivamente su derrotero habitual para ir salpicando sus apariciones con todo tipo de géneros, con especial protagonismo del cuento de hadas.

Cuaderno núm. 21
Ilustración de Batet

¿Porqué una colección para niños desvió parcialmente sus miras hacia las niñas? Nuestra opinión es que lo hizo por dos razones. La primera porque no era una colección en sí, de las de cabecera fija y numeración. Nada en ella exigía un coleccionismo continuado; cada cuaderno era un producto independiente que se vendía en función de lo atractivo del título o de su portada. Y segundo porque su competencia más directa en Barcelona era entonces Cliper, editorial que acababa de sacar al mercado una deliciosa cabecera titulada Cuadernos Selectos, y que por lo visto estaba teniendo una gran acogida con el cuento popular y de hadas por bandera.
Cuaderno núm. 54
Ilustración de Vintró


Lo cierto es que todo ese batiburrillo o mezcla de géneros, donde no faltaron ciertas biografías  --véase Andersen y algún que otro deportista--, incluso algunos guiños al género infantil, con deliciosas portadas de Benejam, no constituyó impedimento alguno para que la serie alcanzara un éxito mayúsculo, como demuestra, al menos, una segunda edición, que fue ya designada con el título de Historietas Gráficas.  
En el bando competencial, Cliper presumía de tener entre sus hacedores a dibujantes de la talla de Jesús y Pili Blasco; también a Oche, Salvador Mestres y Margenat. Incluso a Tomás Porto, que dividiría sus quehaceres entre las dos editoriales. Pero Ameller no se quedaría atrás en su campaña de captación de autores de garantías. 

Cuaderno núm. 45
Ilustración de Víctor Aguado

Gran parte del éxito conseguido por Cuentos Ameller hay que atribuirlo sin duda a las portadas, con un inmenso Victor Aguado --¡qué maravilla de ilustrador!--, acompañado de los igualmente ilustres Vintró, Batet, Tomás Porto, Ayné y el mencionado Benejam. Otros autores destacados, tanto en portadas como interiores, fueron Bernet (el célebre Jorge de Doña Urraca), Enriqueta Bombón, A. Ribas, García Vilella, J. Dalmau, Bataller, Elias, Beyloc, etc. 









Portadas del cuaderno núm. 42 en sus dos ediciones
Ilustraciones de Víctor Aguado y Elías, respectivamente.


Del éxito de la colección da fe una segunda edición aparecida apenas finalizada su primera andadura; segunda edición que vio incrementar su precio en 25 cts., pasando de 1 pta. a 1,25. Al contrario que otras cabeceras de la época, Cuentos Ameller estrenó nuevos frontales en su segunda aparición. No sabemos si lo hizo al objeto de incrementar la calidad de las portadas --cosa bastante difícil-- o, como nos tememos, por hacer un regate a los más despistados para ver si colaba.
Cuentos Ameller o Historietas Gráficas debe ser considerada como una de las colecciones más sobresalientes y evolutivas de su periodo productor. Una cabecera que acogió en su seno a un conjunto de autores de vital importancia sectorial.  

Cuaderno núm. 57
Ilustración de Benejam 














Página interior del cuaderno núm. 55
Dibujos de Beyloc