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miércoles, 22 de mayo de 2013

EL HOMBRE ARDILLA (Literfilms, 1950)








Editorial: Literfilms
Año: 1950
Ejemplares:  3

Dibujos:  Almarcha
Guión:  Doors
Tamaño:  24 x 17 cm.
Páginas:  18 + cubiertas
Precio:  2 pts.




Bilbao, 1950. Una nueva editorial bautizada con el nombre de Literfimls decidía probar suerte en la industria del tebeo dada la ascendente corriente afectiva que disfrutaba el medio. Si Barcelona, Madrid y Valencia se habían encaramado en lo alto de la cima editora, Bilbao --nada menos que Bilbao--, no podía ser menos, que para eso las gentes de allí eran la hostia y de estas había muchas en los tebeos de esos años.
Bilbao era la hostia incluso en fútbol --con aquella delantera compuesta por Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza--, pero editar y distribuir tebeos era otra cosa, una actividad poco o núlamente experimentada en la zona. A pesar de que –justo es reconocerlo— la aparición de El Hombre Ardilla tenía su punto. Un personaje con movilidad de ardilla que además jugaba al fútbol con endiablada habilidad, no dejaba de ser sorprendente para el lector habitual de entonces. Aunque, visto desde hoy, tampoco era tan raro que el tebeo autóctono concibiera un hombre ardilla; de hecho los americanos hacía varios años que tenían un hombre murciélago, otro araña, incluso uno de plástico, entre otros.
En cualquier caso las hazañas de El Hombre Ardilla sólo dieron para tres entregas --a pesar de que la editorial presagiaba un largo recorrido anunciando la aparición de varias series compuestas por diez cuadernos cada una de ellas--. Y eso que, como decíamos, la colección tenía su atractivo. Quizás no tanto en la plasmación de la primera portada, aquí reproducida, cuyos personajes parecen muñecos sacados de un museo de cera. Sin embargo el dibujo interior era otra, estrafalario, arcaico, pero de inequívoca notabilidad. Un trazo grotesco e histriónico, poco experimentado en el tebeo autóctono. Los interiores también mostraron un ingrediente inusual en forma de grandes titulares en la cabecera de cada una de las página; textos que destacaban aquellos hechos más sugerentes de la narración.
La primera viñeta era precedida por el siguiente texto introductorio: “Contaremos en primer lugar cómo el Hombre-Ardilla hizo su aparición en el mundo civilizado, al que tan pronto había de asombrar con sus increíbles hazañas deportivas. Para ello, lo mejor será seguir las peripecias del “Maelstrom”, mercante noruego que, navegando por los mares orientales, es sorprendido por un terrible tifón”.
El capitán del barco se ve obligado a desviar el barco hacia una isla desconocida a la espera de mejor tiempo. Al amanecer descubren que tienen un nuevo tripulante, un muchacho pequeño y feo como un primate que brinca de asta en asta con la facilidad de una ardilla. La tripulación del barco se verá incapaz de echarle mano, de manera que el personaje, que según el capitán debió ser un bebé abandonado y criado de forma salvaje en la isla, acaba desembarcando en Buenos Aires, donde participará y triunfará en un partido de fútbol tal si fuera un antepasado de Messi.    
Un creativo guión –aunque sólo hemos podido consultar el primer cuaderno— y una no menos curiosa puesta en escena de la mano Doors y Almarcha, respectivamente. 
El dorso del primer cuaderno planteaba mediante una prosa desenfadada y convincente las bases de un concurso con “medio centenar de grandes balones de goma de regalo” a los lectores más expertos en cuestiones futbolísticas, la mayor parte de ellas centradas en el reglamento del juego. Cada pregunta era acompañada de una viñeta descriptiva, facilitando así su comprensión. 
Los cuadernos números 2 y 3 fueron titulados Guerra a muerte en un partido de fútbol y El sensacional partido del millón. Fútbol y más fútbol, como correspondía a una ciudad que tenía en San Mamés su santo y seña.  

 Cuaderno núm. 1


Página interior cuaderno núm. 1