
Editorial: Marco
Año: 1943
Ejemplares: 108
Dibujos: Boix
Guión: Boix
Tamaño: 16 x 22 cm
Páginas: 8 + cubierta
Precio: 50, 30 y 35 cts.
A mi querido amigo de juergas tebeísticas Antonio Bonastre,
quien venera y conoce como nadie estas series infantiles
de la factoría Marco.
El cine español no se prodigó como el francés en la
comedia bufa; o como el norteamericano en el slatic, ese tipo de cine hilarante en el que las zarabandas,
atropellos y los gags desquiciantes
transcurrían sin cesar. Pero sí tuvo en el tebeo su equivalente gracias a
editoriales como Marco y a creadores como Emilio Boix, uno de los grandes
referentes del tebeo humorístico de posguerra con series como la presente,
entre otras.
El autor por ese tiempo alternaba Cartapacio y
Seguidilla (Colección Pipa) con varias cabeceras de parecidas características
formales: Hipo, Monito y Fifi (Biblioteca Especial para Niños); Pirulo y
Tontolote (Acrobática Infantil); Pingo, Tongo y Pilongo, etc. Todas ellas bajo
el sello de Marco, editorial a la que dedicaría sus mejores creaciones, antes y
después de la guerra.
La pareja de detectives representada por Cartapacio
y Seguidilla, una especie de émulos de Sherlock Holmes y Watson en clave
caricaturesca, constituyó un éxito de los grandes. No al nivel del animalandia
de Hipo, Monito y Fifi, que perduró en el tiempo más de doce años, pero tanto
como para extenderse a lo largo de 108 ejemplares. Cifra ciertamente formidable
para un tebeo infantil de reiterada fórmula, en la que los dos sabuesos
protagonistas ponían a caldo a bandidos y gentes de mal vivir, aplicándoles
todo tipo de triquiñuelas y humillaciones en su captura. Guiones de lo más
divertido con buenas dosis de surrealismo. Sirva como ejemplo el correspondiente
al cuaderno núm. 2, La Pantera de Texas,
en el que un Sheriff cobardita solicita ayuda a la pareja protagonista porque
dice que tiene que recoger un saco de pepitas de oro y no se atreve a hacerlo
solo. Un bandido ha amenazado con matarlo, ya que, según argumenta el malhechor, las
pepitas son de su propiedad porque tiene una hermana que se llama Pepita.
Portada del cuaderno núm. 2
En el trazo burlón y expresivo de Boix radicó gran
parte del encanto de la Colección Pipa, en la que habitaron estos dos
personajes en exclusiva. Luego, poco más tarde, Marco volvió a recuperarlos
para dar lustre a una nueva versión del semanario La Risa, esta vez con
carácter de revista, en 1952.
En esa revista se produjo una curiosa circunstancia,
al hacerse cargo de los personajes en más de una ocasión el gran Francisco
Ibáñez, que por ese tiempo (1955) iniciaba su andadura en el medio. De ahí que
muchos estudiosos del tebeo hayan visto cierta correlación entre Cartapacio y
Seguidilla y Mortadelo y Filemón, dando a entender que el autor pudiese haberse inspirado en los
personajes de Boix para crear su celebérrima
pareja de la TIA.
Portada del cuaderno núm. 78
Emilio Boix no sólo fue un maestro del trazo
humorístico; también fue un copy genial, creador de títulos y personajes de
divertida fonología: En el reino de Chu-Le-Tha, Pa-Toso el caco
de los mares, Bon y Ato S.A., El Marqués de la Ensaimada, La Chufa que chifla,
etc.
La colección tuvo diferentes precios. De los 0,50 cts. de origen, pasó a 0,30, incluso a
0,35, ya en su última entrega (cuaderno núm. 108). También contó con una
edición en formato bolsillo compuesta por doce cuadernos.
Portada del cuaderno núm. 13