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lunes, 3 de junio de 2013

EL JUSTICIERO FANTASMA (Bruguera, 1950)







Editorial: Bruguera

Año: 1950
Ejemplares:  8

Dibujos:  Ángel Pardo y Luis Gago
Guión: 
Tamaño:  17 x 24 cm.
Páginas:  10 + cubiertas
Precio:  1,25 ptas.


De nuevo Luís Gago en una colección de Bruguera, después de anteriores y sonados fracasos como fueron Ricardo Manteca y Jorgito Apuros (1947) y El Pirata Negro (1948). Aunque aquí Bruguera, que ya estaba avisada de antemano de la escasa habilidad del dibujante, trató de maquillar la cosa encargando a Ángel Pardo las portadas, que eran en definitiva las que daban lustre a la colección a primera vista, las principales responsables de la compra por impulso. Pero ni por esas. Ni tampoco por las otras, por el guión, quiero decir, que fue previsible y poco afortunado.
De esta colección siempre se ha dicho que fue editada en 1948, pero no es así, el año concreto de su aparición fue 1950, como testifica algún anuncio aparecido en Super-Pulgarcito. Lo que si es más que probable es que fuese dibujada con anterioridad, entre 1947 y 1948, y que la editorial no se atreviera a lanzarla en ese momento visto el fracaso de las dos cabeceras anteriormente mencionadas. Es poco factible que la colaboración entre editora y dibujante se extendiera tanto tiempo, casi tres años, si tomamos como fecha de realización la del año 1950, por mucho que el autor perteneciera a la estirpe de los Gago, lo que hace suponer que la colección durmiera una par de años en un cajón antes de que Bruguera se decidiera lanzarla con la esperanza de que las portadas de Ángel Pardo obraran el milagro. No fue así, como decimos, quizá porque el excelente dibujante que venía siendo Pardo en las páginas de Pulgarcito con sus creaciones de épica medieval y aventurera, incluso con la colección de cuadernos El Caballero de las Tres Cruces (1947), aquí parecía haberse desdibujado, mimetizado quizás por el dibujo interior de Luís Gago. 
Entre 1940 y 1950 el cuadernillo español había sufrido una plaga de justicieros más que considerable; muchos de ellos bajo rostro oculto. Sin embargo, ninguna de estas cabeceras había hecho honor a tan noble cometido en su enunciado hasta la llegada de El Justiciero Fantasma, un nuevo héroe que en su primera aparición viaja de liana en liana por la jungla del Indostán, como si fuera Tarzan, precedido del siguiente texto: “Hasta el Justiciero Fantasma llegó el sonido del Tan Tan. Nadie le conocía ni sabía quien era. ¿Porqué vivía en la jungla? ¿Quines eran sus padres? ¿Por qué cubría el rostro con un antifaz? ¿Por qué siendo europeo vestía a la usanza India? Tan sólo sabían los débiles que tenía una fuerza hercúlea como el toro y agilidad de felino, como la pantera”.  Ya ven, nada nuevo bajo el paraguas del quiosco.
Anuncio aparecido en el núm. 13 de la revista Super Pulgarcito (1950)


La colección utilizó una artimaña comercial ciertamente curiosa, desconocida hasta la fecha, consistente en incluir la primera página del cuaderno siguiente en la mayor parte de los dorsos. Visto lo visto, no parece que diera mucho resultado. Cosa lógica por otra parte: al fin y al cabo solo servía para extender en una página más cada cuaderno, si mayor esmero por hacer coincidir un punto culminante de la trama con la viñeta final. Aunque hay que reconocer que la acción apenas daba tregua al lector.
Los cuadernos de El Justiciero Fantasma fueron anunciados como conclusivos –una aventura completa en cada entrega--, como pueden ver en la publicidad aparecida en Super-Pulgarcito. Pero no fue así en ninguno de ellos, quedando la trama y la colección interrumpida cuando transcurría el ejemplar Nº. 8. 

Cuaderno núm. 8, último de la serie


 Primera página del cuaderno núm. 1




2 comentarios:

  1. Interesante entrada, como siempre.

    Ángel Pardo, otro de los autores que siempre he admirado profundamente.

    Un abrazo

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  2. Una colección que pese a su torpeza -o precisamente a causa de ella- me fascina y apasiona...
    El Abuelito

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