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viernes, 26 de agosto de 2016

LA MANO QUE APRIETA (Grafidea, 1948)


Editorial: Grafidea
Año: 1948
Ejemplares:  12
Dibujos:  Martínez Osete
Guión:  Federico Amorós
Tamaño:  16 x 22 cm. 
Páginas:  10 + Cubiertas
Precio:  1 pta.


El terror amarillo era ya algo recurrente en Grafidea cuando ésta decidió poner en circulación la presente cabecera. La Mano que Aprieta era –si los datos que manejamos no fallan— la cuarta colección de la editorial basada en esa atmósfera de misteriosos chinos de loco y perverso proceder. Todas ellas aparecidas en un periodo de cuatro o cinco años: Navarro y Cristina (1944), La Daga Roja (1947), El Capitán Sol (1948) y la que aquí abordamos. Ninguna de las tres primeras había logrado sobrevivir más allá de diez entregas, lo que hace aún más extraño la insistencia de la editora en esta vía argumental.
El cine de jornadas había encumbrado a Fu Manchú como el gran malvado. Otro personaje popular del cine y la novela era el detective norteamericano de origen oriental Charlie Chang. El poder amarillo estaba por ese tiempo más presente que nunca en los medios de entretenimiento y Grafidea intento experimentar de nuevo con él. Pero esta vez proponiendo un giro nominativo a todas luces impensable: en lugar de titular la colección con el nombre del justiciero protagonista, se decantó por el antagonista, al que bautizó como La Mano que Aprieta. Un guiño claro al cine de jornadas sin mayor justificación que aprovechar la notoriedad de título tan sugerente –la cinta también fue titulada Los Misterios de Nueva York, 1936). Bien es verdad que la colección pudo haber sido bautizada con cualquier otro apelativo, porque los apretones de mano del malvado fueron nulos, salvo un intento del estrangulamiento a su propia hija. Lo que si tuvo en las manos fue un arma poderosísima, que irradiaba rayos paralizadores a su voluntad.  
La Mano que Aprieta era en realidad Wu-Chang: “la figura más temible de los tiempos modernos que con su odio, su poder y su magia negra llegó a estremecer al mundo.”, según expresaba la introducción del primer cuaderno. Un personaje malo a rabiar que detestaba a la humanidad con ardor enfermizo.
Frente a él y su banda, entre las que destacaban doce reinas –en los cuadernos consultados sólo hemos podido constatar una de ellas, la reina de la maldad-- estaba el protagonista principal: un comisario de policía llamado Nick Conway y su ayudante Miko, un divertido gordinflón que se deshacía de los malhechores a barrigazos.
Era el tercer o cuarto trabajo realista de Martínez Osete, quien aún andaba dándole vueltas a su cuajo creador, aunque haya que reconocer que a esas alturas su trabajo tenía mucho de entrañable. Federico Amorós, que por entonces venía colaborando con Grafidea desde que ésta le confiara el guión de El Jinete Fantasma un año atrás, fue el responsable de la historia, con un punto de humor –especialmente en el barrigudo Miko-- y un mucho de fantasía desordenada.

Doce fueron los cuadernos publicados. Lo que no hemos podido comprobar es si la colección concluyó en el cuaderno núm. 12 o quedó suspendida.





Portada del cuaderno núm. 6




















Página interior inicial de núm. 1

(Reproducciones realizadas a partir de las pruebas de imprenta originales)






7 comentarios:

  1. Otra joyita de Martínez Osete. Gracias por compartirla.
    Abrazos.

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  2. Me alegro mucho que hyas retomado el blog. Saludos.

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    1. Me alegra mucho que hayas retomado el blog. Saludos.

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    2. Gracias, Corsario, esto va por etapas, dependiendo del tiempo libro y las ganas. Pero, vaya, creo que en adelante voy a intentar ser un poco más constante. Saludos!

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  3. HACÍA TIEMPO QUE NO PASABA POR AQUÍ... Y HACÍA MAL!! ¡QUÉ GRATA SORPRESA, PACO! Y CON ESTA, DE LAS POCAS QUE ME FALTAN DE OSETE, A QUIEN TANTA SIMPATÍA PROFESO...

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    1. Un placer, Pedro, contar con tu visita al blog de tanto en tanto. Y más aún, recibir alguno de tus sabios comentarios. Martínez fue sin duda uno de los grandes, aunque pocos son los críticos que quieren reconocerlo. Qué sería de las historia de nuestros tebeos sin El Puma, Red Dixon, Lucha de razas o Castor el Invencible, por poner algunos ejemplos.

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